2017-07-30

El Opio de los Intelectuales



Reseña de Marx: A Very Short Introduction, de Peter Singer

Nota sobre el título: recientemente (noviembre 2018) me percaté, por pura casualdiad, que en 1955 el filósofo y politólogo Raymond Aron escribió un libro con el mismo título y sobre el mismo tema. No fue mi intención robarme el título, al parecer es tan obvio el concepto que ya en 1955 daba para más de 300 paginas. 

(El original tiene una hamburguesa, pero esas no hacen tanto daño.)
Por la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX, casi cuatro de cada diez personas en la Tierra vivían bajo gobiernos que se consideraban a sí mismos como marxistas y afirmaban—dejando a un lado el qué tan convincentes pudieran haber sonado—usar principios marxistas para decidir cómo conducir la nación.

(P. Singer, en el Prólogo de Marx: A Very Short Introduction)
Fredrik deBoer es uno de mis escritores actuales favoritos. Tiene un doctorado en Inglés por parte de la Universidad de Purdue, y lo desquita escribiendo cosas brillantes y conmovedoras que, aunque yo a veces esté en desacuerdo, siempre disfruto leer. Sabe de historia y de política, y ha participado en tantas manifestaciones y causas valiosas que me da vergüenza pensar en mi falta de movilización cívica. Su estudio de la educación desde un punto de vista cuantitativo tiene la ambición de poder evaluarla confiablemente usando metodologías estadísticas, y se ve bastante bien. Hasta su cuenta de Twitter es una mina de joyas.

Y entonces, de vez en cuando, publica cosas como la de esta semana en Current Affairs:

Lo que significa el socialismo; No se trata de regular las ganancias, sino de abolirlas por completo.
¿Et tu, Freddie? En momentos en los que su país pasa por una crisis política como nunca antes, en los que el autoritarismo y nativismo controlan las tres ramas de su gobierno, Freddie cree que deberíamos estar haciendo más... ¿"teoría" marxista? ¿Cómo es que la teoría de conspiración (no-religiosa) más destructiva y falsificada de todos los tiempos puede corromper a tanta gente brillante en perpetuidad? Rosa Luxemburg, Leon Trotsky, George Orwell, Jean-Paul Sartre, Noam Chomsky, Stephen Jay Gould, Freddie deBoer... y gente que conozco personalmente a quien no considero nada tonta. Creo que la respuesta la estoy encontrando en el libro What's Left? de Nick Cohen, pero eso lo voy a explorar en otro artículo. Lo que me interesa ahora es discutir cómo es que sabemos que el marxismo es una teoría de conspiración fallida a partir de sus conceptos "básicos", de su visión del mundo y de las predicciones que el propio Marx derivó de ellos. Para eso me voy a basar en un breve análisis por parte de Peter Singer, uno de los filósofos actuales mas claros e influyentes.

Marx: A Very Short Introduction (P. Singer)

*   *   *

El factor más improtante del fracaso del marxismo como una teoría económica es su dependencia de la teoría del valor-trabajo. Marx no fue el primero en proponerla, pero le sacó mucho jugo para formar su visión económica y política del capitalismo. Para Marx, el valor de un producto proviene del la suma del valor de la materia prima usada en elaborarlo y la mano de obra que se empleó en transformarla en un producto vendible. Como ejemplo, si la tela, hule, agujetas y pegamento para hacer unos zapatos valen $500, y un trabajador cobra otros $500 por transformarlos en un par de zapatos, dice Marx que entonces valen $1000. El dueño de la fábrica (el capitalista) quisiera obtener una ganancia, es decir, ganar más de $1000 por cada par de zapatos vendido; de lo contrario no tendría caso hacer zapatos. Marx ve dos opciones para el capitalista: o vende los zapatos más caros de lo que valen (abusando del consumidor) o hace lo posible por pagarle menos a los zapateros de su fábrica (abusando de los trabajadores). De este modo, el capitalismo siempre es un "juego de suma cero", como dicen los gringos: uno solamente gana a expensas de otro. Por lo tanto, concluye Marx, el capitalismo necesariamente es explotación. Mucha gente cree esto, como ejemplifica este encuentro reciente entre Shane Bauer (reportero) y Claire Lehmann, editora de la revista digital Quillette (la cual recomiendo entusiastamente).


El pequeño problema es que el mundo real no funciona así. Al mediados del siglo XIX, cuando Marx escribía el Manifesto Comunista y preparaba El Capital, el efecto de la oferta y demanda ya estaba bien entendido y sobre todo por Marx. En varios puntos menciona que el valor de la mano de obra (lo que se le paga a los trabajadores) es cuestión de la disponibilidad de éstos, de modo que más trabajadores en el mercado llevan a que se les pague menos. También los costos de las materias primas se ven afectados por la escasez o abundancia de éstas y de su demanda. Curiosamente, cuando combinó las dos cosas anteriores en la elaboración de una mercancía, Marx convenientemente se olvidó de la oferta y demanda. Esto es crucial porque, en el mundo real, si yo como capitalista pagara $500 de materia prima y $500 de mano de obra para hacer zapatos que nadie quiere, entonces el valor de éstos no sería $1000, sino cero. Si le pagara menos a mis trabajadores pues los estaría explotando para nada.

Pero más importante es el caso contrario: puedo pagar $500 por materiales, $500 a mis trabajadores y, si tengo unos zapatos que la gente quiere comprar (digamos unos Air Jordan), los puedo vender no solo en más de $1000, sino tal vez el doble o triple. El vendedor de materiales quiere $500 tanto como yo quiero sus insumos y llevamos a cabo el intercambio; el trabajador quiere $500 tanto como yo quiero su labor y concretamos la transacción; y finalmente el consumidor final quiere unos Jordan tanto como yo quiero $2500 y me los compra. ¿Dónde está la víctima? Pude crear $1500 de valor de la nada, sin explotar ni timar a nadie. Es un modelo de juguete, pero agregando más participantes voluntarios no cambia la conclusión: diseñadores, distribuidores, mercadólogos y administrativos voluntariamente dan su tiempo y esfuerzo a cambio de una paga, y un consumidor final está dispuesto a cubrirla pagando un producto que le gusta o necesita. No hay tal cosa como un "principio de conservación" del valor. El valor se crea o se destruye según sea conveniente y ya.

Marx decía que ese valor excedente que el capitalista obtuvo como ganancia se debía a la labor de los trabajadores y por lo tanto les pertenecía. Pero si le tomamos la palabra, qué hay del caso de los tenis que no se venden? ¿Quién, entonces, produjo esas pérdidas? Un ejemplo más concreto: hasta hace pocos años, existían tiendas donde se rentaban videos para verlos en la casa, como BlockBuster. Entonces aparecieron los servicios de streaming como Netflix y los BlockBusters quebraron. ¿Eso es culpa de los trabajadores de BlockBuster? Ya ven dónde está la trampa que hace Marx...

En general, el capitalista provee los medios para que las transacciones arriba ejemplificadas se puedan dar: diseño, maquinaria, fábricas, contactos y, obviamente, la inversión e iniciativa inicial. ¿Provienen estas cosas necesariamente de la explotación de terceros que no se benefician por el proceso? Quizá, algunas. ¿Puede haber prácticas abusivas por parte de capitalistas? A veces, claro. ¿Hay capitalistas que solamente cobran por el trabajo de los demás, sin ellos hacer nada? De nuevo, eso es prácticamente seguro. Pero también es seguro que "El capitalismo es explotación... a veces" no se ve tan bien en una pancarta que uno pudiera llevar a una manifestación.

*   *   *

Suponiendo que no fuera un error económico letal el que cometió Marx al aceptar y anclar su visión en la teoría del valor-trabajo, ¿cómo hizo Marx para explicar que las condiciones de explotación que señala se mantuvieran? Ahí entra la parte política: hay una clase de personas, dice Marx, los burgueses, que utilizan el capitalismo para aprovecharse de los trabajadores (el proletariado) y corromper al gobierno para tenerlo a modo y perpetuar el ciclo. De hecho, la historia de la humanidad se reduce a la lucha entre estas dos clases económicas por controlar sus sociedades y gobiernos. Más específicamente, las clases luchan por mantener u obtener bienes materiales, y a esto Marx le llama Materialismo Histórico. Y en los detalles de éste vienen más errores.

Marx afirmó que los humanos viven en un estado de separación de su verdadero potencial como personas (alienación) y esta separación es impuesta por los propios poderes productivos de la humanidad. En vez de servir a la humanidad, las fuerzas productivas someten a las personas. Estas fuerzas productivas son los medios de producción: materia prima, poder laboral, maquinaria, fábricas, etcétera. Según Marx, la naturaleza de estas fuerzas determinaba la naturaleza de las relaciones productivas, es decir, cómo las personas se relacionan con otras personas y con las cosas (hay roles de jefes, empleados, dueños, administradores, etc.). Finalmente, las relaciones productivas determinan la superestructura social, que es el sistema legal y político de una sociedad (monarquías, democracias, repúblicas, teocracias, etc.). La jerarquía es Fuerzas productivas \(\rightarrow\) Relaciones de Producción \(\rightarrow\) Superestructura. Va un ejemplo:


En tiempos feudales, la gente no podía hacer más que trabajo manual. La materia prima (madera, hierro, los cultivos) debía ser transformada por personas a mano o con herramientas primitivas como hachas, sierras, martillos y arados. La produccion organizada era casi imposible de no ser porque las personas se sometían a un señor feudal (un Rey) que les ofreciera protección mientras cada uno se dedicaba a su labor. Así, la economía estaba basada en oficios y el sometimiento a una autoridad que daba protección a cambio de obtener productos de cada productor en forma de tributo. Y entonces tenemos la ruta: Trabajo Manual \(\rightarrow\) Feudalismo \(\rightarrow\) Monarquía. Así, llegaríamos a que el absolutismo, la obediencia y la sumisión al rey y al clero característicos del feudalismo fueron provocados por los medios de producción de la época. De la misma manera, Marx dedujo la secuencia Industria \(\rightarrow \) Capitalismo \(\rightarrow\) Liberalismo económico. Los contratos, la propiedad privada, la competitividad y la avaricia eran productos de las máquinas de vapor. Cambias la naturaleza de las fuerzas de producción, decía Marx, y logras cambiar la superestructura. Si queremos una sociedad equitativa, debemos tener una democratización radical de las fuerzas de producción: los trabajadores deben apropiarse de ellas.

Y comienzan los problemas. Primero, una contradicción: o la historia es producto de la lucha entre las clases, o de las fuerzas de producción. Marx propone ambos, pero no son lo mismo. Segundo, la superestructura crea las fuerzas de producción y no al revés: la política, religión, ley y ciencia son las que crean las fuerzas productivas y actúan sobre ellas. Por ejemplo, las tecnologías esenciales para el funcionamiento de la electrónica moderna (y el correspondiente mercado) surgieron de investigación en ciencia básica por individuos, compañías y gobiernos. Los transistores no se inventaron solos, pues. (Una vez creadas, las fuerzas productivas sí pueden tener influencia sobre la superestructura, pero eso no es lo mismo que dijo Marx.) Tercero, y para desgracia de Marx y deBoer, los trabajadores no tienen interés en derrocar a los burgueses tanto como quisieran ser como ellos. La "teoría" marxista es una actividad hecha, irónicamente, por puros burgueses. Ningún obrero te podría decir qué es el marxismo, pero todos te pueden decir lo que harían si tuvieran más dinero—y no es precisamente "derrocar al sistema".

Finalmente, la represión proviene de muchas direcciones aparte de las maquinaciones de la burguesía. Las clases reprimidas pueden sufrir bajo el yugo de gobiernos, religiones, organizaciones no gubernamentales y otras clases reprimidas, aparte de las corporaciones. Así mismo, las gente puede ser ayudada por esos mismos actores. De nuevo, si lo pusiéramos en una pancarta para una manifestación "contra el sistema", tendríamos que decir algo como "El mundo es complicado, para poder mejorarlo debemos ver caso por caso." Y entonces, muchos optan mejor por ponerse una playera del Ché.


*   *   *
Como una doctrina económica, [el Marxismo] no sobrevive la investigación. [...] Es como una obra de arte, de reflexión filosófica y de polémica social, todas en una, y tiene los méritos y defectos de cada una de estas tres.[...] Es una pintura del capitalismo, no una fotografía. (Singer)
Para mérito suyo, Marx se aventuró a hacer predicciones a partir de sus teorías. Si realmente entendía algo acerca de cómo funcionan la economía y la política, hacer predicciones acerca de éstas sería una oportunidad de demostrarlo. Lamentablemente para él, se equivocó en casi todo. Entre varias cosas, Marx dijo que

  • ...más y más trabajadores y productores independientes serían forzados hacia las clases obreras y la pobreza. Afortunadamente, la gente que vive en pobreza absoluta es cada vez menos (pueden agrandar con un clic sobre la imagen):
    Fuente: https://ourworldindata.org/extreme-poverty/
  • ...los salarios se mantendrían apenas a niveles de subsistencia. De nuevo, los datos no lo respaldan (a la izquierda de la línea roja es la pobreza). 
    Fuente: https://ourworldindata.org/global-economic-inequality. Por cierto, ese pico rojo enorme en el 2015 se debe a que los chinos han liberalizado su economía en los últimas décadas. Vieron lo que le pasó a la Unión Soviética y aprendieron la lección.
  • ...la rentabilidad del capitalismo sería cada vez menor. Si acaso, ha pasado lo contrario.
  • ...las revoluciones del proletariado sucederían primero en los países más industrializados. No está ni cerca.
  • ...el capitalismo colapsaría debido a sus contradicciones internas. Ha habido unos contratiempos, pero las playeras del Ché se venden como nunca. Otra predicción que nomás no.
*   *   *


Hay realidades tecnológicas y económicas que rebasan por completo todo lo que Marx pudo imaginar. Por ejemplo, ahora la mayor parte de la industria automotriz está automatizada, y se están produciendo autos (y vendiendo, también) con una mano de obra que tiende a cero. Se puede crear valor y ganancia no solamente sin explotar labor humano, sino sin labor humano, punto. Por otro lado, un conductor de Uber controla su medio de producción y es su propio jefe, pero aún así hay una corporación, Uber, que recibe una ganancia. ¿Quién está explotando a quién? ¿El chofer es el capitalista en esta situación, que le paga porcentajes raquíticos a Uber por administrar? ¿Uber es explotado por el chofer? Al marxismo se le traba la lengua al explicar lo que está pasando, pero es sencillo: uno tiene algo que el otro quiere y ambos están dispuestos a hacer el intercambio si alguien más (el cliente) lo paga. Y el cliente quiere pagar.

*   *   *
Marx vio que el capitalismo era un sistema de derroche e irracionalidad, un sistema que nos controla cuando nosotros deberíamos controlarlo a él. Ese entendimiento todavía es válido. (Singer)
Si vamos a ser justos, debemos reconocerle a Marx algunas de las cosas que sí atinó en notar, aunque no queda claro para qué era necesario todo el embrollo teórico adicional. El capitalismo sí puede, en ocasiones, separarnos de nuestro potencial como seres humanos. En los casos extremos como los que vio Marx en persona en el Londres industrial de 1840, la gente formaba filas enormes para poder entrar a una fábrica por 16 horas consecutivas y ser pagados una miseria, con tal de no pasarlo aún peor afuera de la fábrica, en el desempleo total. La organización de los trabajadores para formar sindicatos y suspender sus labores fue una solución perfectamente marxista al problema, y culminó en jornadas mucho menores, con fines de semana libres y prestaciones como vacaciones y pensiones para el retiro. Obviamente, cuando uno tiene más tiempo para sí mismo es más fácil disfrutar las cosas que uno realmente sí quiere hacer. Para algunos afortunados, esto se puede agregar a un trabajo que es gratificante en sí.

Marx también reconoció que la máxima libertad económica para todos los individuos no necesariamente lleva a los mejores resultados sociales. Si todos tenemos la libertad económica de usar el auto y todos ejercemos esa libertad, pronto nos encontramos con un tráfico espantoso que nos deja menos libres que antes. Nadie quiere ser el único menso que usa la bici y es atropellado, o sufrir las aventuras del transporte público, y todos saben que si los demás lo hicieran las calles quedarían libres y andar en auto sería aún más ventajoso. Entonces, las calles se mantienen saturadas de tráfico. Debe ser el estado, en este caso, quien dice "No me importa cómo quieran ir a su chamba, pero voy a hacer un sistema de metro y ciclovías, y les voy a cobrar impuestos a ustedes para pagarlo. Ustedes sabrán si lo usan." Solo así se rompe el ciclo. Esta es la situación en los sectores de salud, educación y creo que también en el ahorro para el retiro. Los incentivos del mercado no siempre son los mejores y una solución socializada a veces es la mejor, sea porque la gente no siempre hace el mejor uso de su libertad, o porque los incentivos del mercado son inadecuados (Si necesitara cirugía por un tumor en el cerebro, ¿buscaría usted al neurocirujano más barato? ¿No? Pues por eso los precios privados suben con el tiempo en el sector salud, a diferencia de, digamos, los celulares.)

*   *   *

Volviendo a deBoer, los marxistas pasan interminables horas debatiendo definiciones y conceptos como si fueran judíos ortodoxos estudiando el Talmud. Que si Marx realmente dijo tal cosa, que si alguien escuchó por ahí que se retractó, que si Engels recuperó una carta donde aclaró lo que quería decir, que si todo funciona en teoría pero Stalin y Mao y Pol Pot la cagaron, que si el proletariado puede ser educado al respecto o debe ser liderado hacia la revolución como lo hizo Lenin, que si la industrialización es realmente necesaria o nos la podemos brincar como Lenin también, que si debemos aniquilar a todos los enemigos de la revolución o mandarlos al gulag, que si Trotsky fue un héroe o un traidor, que si el imperialismo, que si el colonialismo, que si Starbucks y Coca-Cola...

No llegan a nada, y no pueden llegar a nada, porque están debatiendo pura fantasía. Es prácticamente teología. El mundo no funciona así. Cada vez que se les señalan sus errores, recurren a más epiciclos y, oh sorpresa, la conspiración burgués imperialista neoliberal sionista es aún mayor de lo que pensaban. Claro que el capitalismo es imperfecto y se puede mejorar. Pero no vamos a poder hacerlo hasta que entendamos al mundo como realmente es, y no como quisiéramos que fuera. Y no vamos a poder hacerlo si la gente inteligente todavía está debatiendo definiciones dentro de una fantasía.