2019-12-30

120 millones de vecinos



Desde hace casi tres años participo en la mesa directiva de mi asociación de colonos. Bueno, es un decir, porque en casi tres años que la desarrolladora inmobiliaria nos cedió el control no hemos logrado que suficientes colonos paguen de manera constante para mantener vigilancia, alumbrado y mantenimiento, ni mucho menos para crear una asociación civil legal como se debe. Así que, por ahora, el “gobierno” de mi colonia es informal, patito, como casi todo en México.

Esta experiencia me ha servido para valorar más mi tiempo, del que cada vez soy más celoso y reniego más explícitamente en las juntas. Pero más, me ha dado una pequeña dosis de evidencia de que la gente que gobierna es, meramente, gente. Nuestros problemas son un microcosmos de los problemas de un gobierno nacional: la recaudación, la seguridad, la convivencia, la democracia o su ausencia.

De ciento treinta casas que abarca el fraccionamiento, contribuyen regularmente a las cuotas de mantenimiento unas treinta. No alcanza para pagar vigilancia, por lo que nos hemos visto limitados a solamente a mantener el alumbrado de la colonia y algunas reparaciones menores. Convocar a los vecinos a una asamblea urgente reúne a unas 15 personas a lo mucho, y la mitad somos los de la propia mesa directiva que los convocó. A pesar de las evidentes carencias de nuestra colonia, y de lo alcanzables que son las soluciones, no podemos vencer a la apatía y la morosidad. Hay quienes se escapan de pagar con el pretexto de que ellos solo están rentando y le toca pagar al dueño (lo cual es falso, porque le toca pagar al residente, sea dueño o no), o dicen que no quieren pagar hasta que paguen todos los demás, porque no quieren mantener a los morosos (los morosos son ellos). No hay manera de obligarlos a pagar si no tenemos la asociación civil en forma, para lo cual no hay dinero. Eso sí, no dejan de reclamar por la inseguridad, la jardinería, la recolección de la basura o el ruido de sus vecinos; comentan también, por cierto, que venden tamales y pizzas a domicilio, y que señalar que abusan del chat del fraccionamiento es intolerancia.

Dentro de nuestro pequeño “gobierno” tenemos también de todo: un presidente con mucha iniciativa pero ideas francamente ingenuas, una tesorera sumamente responsable pero que ya está harta y quiere dejar su puesto, varios vocales con participación caótica y yo, que formalmente soy secretario y segundo al mando, encargado de documentos e informes. Ya se imaginarán a un misántropo como yo escuchando el eterno debate izquierda-derecha pero al nivel de qué hacer sobre la jardinería y la caca de perro. En las juntas todos hablan menos yo, que miro al vacío pensando en que los robots ya se están tardando en aniquilarnos, excepto a la hora de votar, en cual caso yo hablo al último y, generalmente, con un breve resumen de por qué todos los demás están mal y mi voto es en contra de todas las propuestas que ellos expusieron. Generalmente cada junta solo sirve para ponernos de acuerdo en la fecha de la siguiente junta, donde lamentaremos nuestra situación con los mismos argumentos y propuestas y no llegaremos a nada más que acordar hacer otra junta.

Un país completo no es más que una grandísima asociación de vecinos. Hay buenos y malos vecinos, hay unos que solo quieren pagar su cuota y que los dejen en paz, hay otros que quieren autoridad para plantar sus girasoles a la entrada, estacionarse donde quieran o vender sus tamales, hay algunos extremadamente honrados y otros tramposos, unos con gustos musicales atroces, con cinco perros o, peor aún, cinco hijos, o que solo están rentando mientras se van a otro lado mejor. Puede haber gente valiosa y competente, pero generalmente llegan a la dirección solo por accidente. El presidente anterior, relativamente carismático y eficaz, acabó harto de todo y decepcionado por la apatía de sus vecinos; su entonces tesorera, antes meramente competente, es ahora una de las más notables morosas del fraccionamiento y aprovecha cada vez que puede para sabotear cualquier intento de hacer las cosas bien. Del secretario anterior casi nadie se acuerda, pues nunca participó después de su nombramiento inicial.

Se supone que mi periodo acaba en mayo y, en ese momento, espero finalmente pasar a ser un mero contribuyente más y salirme de todos los estúpidos chats de chismes, drama y caca de perro, para entregarle un montón de papeles inútiles al pobre tipo (o tipa) que me siga. Eso, si para entonces todavía no nos hemos convertido en un pequeño estado fallido. Con algo de suerte, quizá algunos imperialistas nos conquisten.

2019-12-23

Hitchens sobre la libertad de expresión



El siguiente texto es una traducción del que quizá sea uno de los mejores discursos de todos los tiempos acerca de la libertad de expresión. Originalmente esta traducción la hice en un blog antiguo, que curiosamente todavía recibe muchas más visitas que este. El discurso fue en 2006, en un debate sobre la libertad de expresión en la Universidad de Toronto. El debate fue sobre la moción: “El derecho de la libre expresión debe incluir el derecho a ofender a otros.” Hitchens, héroe intelectual de nuestros tiempos fallecido el 15 de diciembre de 2011, pronunció uno de los mejores discursos de todos los tiempos defendiendo la moción. Anexo el video original en inglés para quienes lo entiendan, pues siempre es mucho mejor escucharlo a él.


¡FUEGO! Fuego, fuego, fuego. Ahora lo han escuchado. No gritado en un teatro lleno, admitiré, al darme cuenta que al parecer estoy en el salón de cena de Hogwarts. Pero el punto está hecho. Todos conocen el fatuo veredicto del grandemente sobrestimado Juez Oliver Wendell Holmes quien, al ser cuestionado por un ejemplo de cuándo sería apropiado limitar la expresión, dio el ejemplo de gritar “fuego” en un teatro lleno.

Es frecuentemente olvidado que lo que estaba haciendo en esa ocasión era mandar a prisión a un grupo de socialistas yídish—cuya literatura estaba impresa en un lenguaje que la mayoría de los americanos ni podían leer—, quienes se oponían a la participación en la Primera Guerra Mundial que proponía el Presidente Wilson, y el arrastre de los Estados Unidos a este sanguinario conflicto que los mismos socialistas yídish habían escapado desde Rusia.

De hecho, podría ser plausiblemente argumentado que los socialistas, que habían sido encarcelados por el excelente y sobreadulado Oliver Wendell Holmes, eran los verdaderos bomberos, y que eran los que estaban gritando “fuego” cuando realmente había un fuego en un teatro ciertamente muy abarrotado.

¿Y quién va a decidir? Bien, mantengan esta cuestión—damas y caballeros, hermanos y hermanas—y espero poder decir—,camaradas y amigos—en mente.

Yo me exento de la amable oferta de protección del anterior orador que fue tan generosamente ofrecida al inicio de esta noche. Cualquiera que quiera decir algo abusivo de mí, o a mí, es bastante libre de hacerlo e inclusive bienvenido, bajo su propio riesgo.

Pero antes de hacerlo deben haber tomado, como estoy seguro todos deberíamos, un curso de repaso de los textos clásicos sobre ésta cuestión. Éstos son la Aeropagítica de John Milton, siendo ésta la gran Loma de Atenas para la discusión y libre expresión; la introducción a La Edad de La Razón, de Thomas Paine; y también diría el Ensayo Sobre la Libertad de John Stuart Mill, en los que se dice—seré muy atrevido e intentaré resumir a estos tres grandes caballeros de la gran tradición de libertad inglesa de un plumazo:

Lo que dicen es que no solamente es derecho de la persona que habla el ser escuchado, sino que es además derecho de todos en la audiencia oírlo y escucharlo. Y cada vez que se silencia a alguien se hace a otro un prisionero de esa acción, por negarse el derecho a escuchar algo. En otras palabras, tu propio derecho de escuchar y ser expuesto está tan involucrado en estos casos como el derecho del otro de dar voz a su punto de vista.

En efecto, como John Stuart Mill dijo, si en toda la sociedad estamos de acuerdo sobre la belleza y valor de una propuesta, todos excepto una persona, sería de la mayor importancia que ese herético solitario sea escuchado, porque todavía podríamos beneficiarnos de su quizá escandalosa o atroz opinión.

En tiempos más modernos esto se ha enunciado, creo, de la mejor manera, por una heroína personal mía, Rosa Luxemburg, quien dijo que la libertad de expresión es insignificante a menos que signifique la libertad de la persona que piensa distinto.

Mi gran amigo John O'Sullivan—antes editor del National Review—y quien considero es quizá mi más conservador y reaccionario amigo católico, alguna vez me dijo: “En un pequeño experimento mental, si oyes que el Papa dice que cree en Dios, piensas que bueno, hoy el Papa está haciendo su trabajo. Si oyes que el Papa dice que está empezando a dudar de la existencia de Dios, piensas que quizá ya se dio cuenta de algo.”

Bien, si todos en Norteamérica fueran forzados a tomar en la escuela un entrenamiento en sensibilidad sobre el Holocausto, y se les enseñara el estudio de la Solución Final—acerca de la cuál nada fue realmente hecho por este país, ni en Norteamérica, ni el Reino Unido mientras estaba sucediendo—;y si este estudio se volviera de carácter obligatorio como relato oficial e infalible de cómo sucedieron los hechos; y si fuese enseñado como el gran ejemplo moral, a manera de destilar nuestra conciencia impura acerca de aquel combate; si este es el caso, como suele ser con casi todos, y una persona se levanta y dice: “¿Saben? Esto del Holocausto, no estoy seguro de que haya sucedido. De hecho, estoy bastante seguro de que no. En efecto, comienzo a considerar que, si acaso, los judíos se merecían algo de violencia.” Esa persona no solamente tiene derecho a hablar, sino que su derecho de hablar debe tener protección extra. Porque lo que tiene que decir debe haberle tomado cierto esfuerzo, podría contener un grano de verdad histórica, o puede por lo menos hacer que la gente reconsidere cómo es que saben lo que dicen saber. “¿Cómo sé que sé esto, aparte de que siempre me lo han enseñado y no he escuchado nada más?”

Es valioso partir de principios básicos. Siempre es provechoso preguntarse qué se haría si se encontrara con un miembro de la Sociedad de la Tierra Plana. Ahora que lo pienso, ¿cómo puedo demostrar que la Tierra es redonda? ¿Estoy seguro acerca de la Evolución? Sé que se supone que es cierta. Acá hay alguien que dice que no hay tal cosa y todo es Diseño Inteligente. ¿Qué tan seguro estoy de mis propios puntos de vista? No se refugien en la falsa seguridad del consenso, ni del sentimiento que cualquier cosa que se crea está bien, siempre que uno se encuentra en la mayoría moral.

Uno de los momentos más orgullosos de mi vida—esto es decir, en el pasado reciente—, ha sido defender al historiador británico David Irving, quien está ahora en una prisión en Austria por nada más que la posibilidad de proferir un pensamiento no bienvenido en tierra austriaca. Ni siquiera fue acusado de decir algo. Fue acusado de quizá planear decir algo que violaba una ley austriaca, que dice que solamente una versión de la Segunda Guerra Mundial puede ser enseñada en su pequeña y valiente república tiroleana. La república que nos dio a Kurt Waldheim como Secretario General de las Naciones Unidas, un hombre buscado en varios países por crímenes de guerra. El mismo país que nos dio a Jörg Haider, líder de su propio partido político fascista, y miembro del gabinete que mandó a Irving a la cárcel.

¿Saben las dos cosas que hacen famosa a Austria y le dan su reputación, de casualidad? Aprovechando que aquí los tengo. Espero que haya algunos austriacos aquí para que se molesten. Bueno, lástima si no los hay, pero los dos grandes logros de Austria son convencer al mundo que Hitler era alemán y que Beethoven era vienés.

Ahora, a este orgulloso registro pueden agregar que tienen la valentía de finalmente enfrentar su pasado y encerrar a un historiador británico que no ha cometido ningún crimen más que el de pensar y escribir. Y eso es un escándalo. No puedo encontrar quien me haga segunda cuando argumento esto, pero no me interesa. No necesito quién me haga segunda. Mi propia opinión es suficiente para mí y reclamo el derecho a defenderla contra cualquier consenso, cualquier mayoría, en cualquier lugar y tiempo. Cualquiera que esté en desacuerdo puede formarse, tomar una ficha, y besarme el culo.

Ahora, no sé cuántos de ustedes crean no ser suficientemente maduros para decidir por sí mismos y piensan que tienen que ser protegidos de la edición de Irving de los Diarios de Goebbels, por ejemplo—de los que aprendí más del Tercer Reich que del estudio de Hugh Trevor-Roper y A.J.B. Taylor combinados cuando estuve en Oxford. Pero para aquellos de ustedes que sí, les recomiendo otro breve curso de repaso.

Vayan de nuevo y vean no sólo la película y la obra de teatro, sino también lean el texto de la magnífica obra de Robert Bolt, A Man For All Seasons; algunos deberán haberla visto. En ella, Sir Thomas More decide que preferiría morir que mentir o traicionar su fe. Y en una escena, More está discutiendo con un fiscal cazador de brujas particularmente vil; un sirviente del rey y un hombre hambriento y ambicioso.

Y More le dice a este hombre: “¿Romperías la ley para atrapar al Diablo, cierto?”

Y el cazador de brujas le responde: “¿Romperla? ¡Acabaría con todas las leyes de Inglaterra si pudiera con eso capturarlo!”

“Sí, seguro que lo harías. Y cuando hayas acorralado al Diablo, y se diera vuelta para enfrentarte, ¿a dónde acudirías por protección? Todas las leyes de Inglaterra habrían sido cortadas y aplanadas. ¿Quién te protegería entonces?”

Tomen en cuenta, damas y caballeros, que cada vez que violan—o proponen violar—el derecho de libre expresión de alguien más, están en potencia haciendo una lanza para su propia espalda. Porque la otra cuestión que mencionó el Juez Oliver Wendell Holmes es simplemente esta: ¿quién va a decidir? ¿A quién se le concede el derecho de decidir qué expresión es dañina, o quién es el orador dañino? ¿A quién comisionamos el determinar con anticipación cuáles son las malas consecuencias que queremos prevenir? ¿A quién se le daría este trabajo? ¿A quién se le adjudicará la labor de ser el censor?

¿No es famosa la historia en la que el hombre que tiene que leer toda la pornografía, para decidir qué pasa y qué no, es el que más probablemente acabará depravado?

¿Han oído algún orador de los oponentes a ésta moción, elocuentes como fueron, a quién le delegarían la tarea de decidir por ustedes lo que pueden leer? ¿A quién le darían el trabajo de decidir por ustedes, de relevarlos de esta responsabilidad de escuchar lo que pudieran? ¿Saben de alguien? Manos arriba. ¿Saben de alguien a quién darle este trabajo? ¿Hay algún nominado?

¿Quieren decirme que no hay nadie en Canadá lo suficientemente bueno para decirme qué puedo leer? ¿O escuchar? No tenía idea. Pero hay una ley que dice que debe existir tal persona—o una insignificante sub-sección de una ley; les está invitando a ser mentirosos e hipócritas y de negar lo que evidentemente ya saben.

Acerca de este instinto censurador: ya básicamente sabemos todo lo que debemos saber, y lo hemos sabido por un largo tiempo. Viene de una vieja historia de otro gran inglés—mis disculpas por ser tan particular sobre esto esta noche—, el Doctor Samuel Johnson, el gran lexicógrafo, compilador del primer gran diccionario del idioma inglés. Cuando estuvo completo, el Dr. Johnson fue visitado por varias delegaciones de personas para felicitarlo: por los nobles, los comunes, los Lords y también por una delegación de respetables damas de Londres, que atendieron a sus aposentos y lo felicitaron.

“Dr. Johnson,” dijeron, “queremos felicitarlo por no incluir palabras indecentes ni obscenas en su diccionario.”

“Damas,”respondió Johnson, “quiero felicitarlas por ponerse a buscarlas”.

Cualquiera que pueda entender esa broma—y me complace ver que aproximadamente 10 por ciento de ustedes pueden—entiende la cuestión sobre la censura, especialmente la restricción previa, como se le conoce en los Estados Unidos, y donde está prohibida por la Primera Enmienda de la Constitución. No puede ser determinado con anticipación cuáles expresiones pueden ser aptas o no aptas. Nadie tiene el conocimiento que se requeriría para hacer esa determinación y, más al grano, uno tiene que sospechar los motivos de aquellos que dicen que sí. En particular, aquellos que están determinados a ser ofendidos, aquellos que hurgarán un tesoro de inglés como el primer diccionario del Dr. Johnson en busca de palabras sucias, para satisfacerse a sí mismos y algún instinto del que no me atrevo a especular...

Ahora, estoy absolutamente convencido de que la principal fuente de odio en el mundo es la religión y la religión organizada. Absolutamente convencido. Y estoy feliz de que aplaudan, porque es un gran problema para quienes se oponen a esta moción. ¿Cómo van a prohibir la religión? ¿Cómo van a detener la expresión del odio religioso, el desprecio y el prejuicio?

Hablo como alguien que es un blanco regular de esto, y no sólo de forma retórica. He sido objeto de varias amenazas de muerte y puedo decir que, a poca distancia de donde vivo actualmente en Washington, hay dos o tres conocidos míos y de ustedes que no pueden ir a ningún lado sin un contingente de seguridad, debido a las críticas que han hecho de un monoteísmo en particular. Y esto, en la ciudad capital de los Estados Unidos.

Así que sé de lo que estoy hablando. Y también debo notar que las personas que me llaman y me dicen que saben dónde vivo y dónde mis hijos van a la escuela (y obviamente saben mi teléfono); y que me cuentan lo que van a hacerles a ellos, a mí y a mi esposa; y a quienes debo tomar en serio, porque ya se lo han hecho a personas que conozco; son justamente éstas las personas que van a buscar la protección de una ley contra la libre expresión si digo lo que pienso de su religión, lo cuál ahora voy a hacer.

Esto, porque no tengo lo que pudiera llamarse un prejuicio étnico, ni ningún rencor de ese tipo; puedo llevarme bien con prácticamente cualquiera de cualquier origen, orientación sexual o lenguaje—excepto gente de Yorkshire, por supuesto, que son completamente intratables—y estoy empezando a resentir la confusión que se nos está imponiendo ahora—y ha habido algo de ella ésta noche—entre creencia religiosa, blasfemia, etnia, profanidad y lo que uno pudiera llamar “etiqueta multicultural”.

Es muy común estos días que la gente use la expresión “racismo anti-islámico”, como si un ataque sobre una religión fuera un ataque sobre una etnia. La palabra islamofobia está de hecho comenzando a adquirir el oprobio que alguna vez se reservó para el prejuicio racial. Esta es una sutil y muy molesta insinuación que debe ser enfrentada de frente.

¿Quién dijo 'y qué si Falwell odia a los jotos'? ¿Qué tal si la gente actúa en base a eso? La Biblia dice que hay que odiarlos. Si Falwell dice que lo dice en la Biblia, tiene razón. Y sí, podría hacer que la gente salga y use violencia. ¿Qué van a hacer al respecto? Están en contra de un grupo de gente que dirá: “Si tocan nuestra Biblia nosotros le llamamos a la policía de las expresiones de odio.” ¿Y qué van a hacer cuando se hayan creado esa trampa para ustedes mismos?

Alguien dijo que la noche de Kristallnacht en Alemania fue el resultado de diez años de odio contra los judíos. ¿¡Diez años!? ¡Deben estar bromeando! Fue el resultado de 2000 años de cristianismo, basados en un verso de un capítulo del Evangelio de San Juan, que llevó a un pógrom tras otro, cada Pascua de cada año, durante cientos de años. Y esto, porque dice que los judíos demandaron que la sangre de Cristo se derramara sobre sus cabezas y las de sus hijos hasta la última generación. Esa es la licencia y la incitación para los pógromes contra los judíos. ¿Qué van a hacer acerca de eso? ¿Dónde está su insignificante sub-sección ahora? ¿Dice que hay que censurar a San Juan?

¿Creo yo, que he leído a Freud y entiendo cuál es el futuro de una ilusión, y que sé que la creencia religiosa es inerradicable siempre que seamos una estúpida, pobremente evolucionada especie mamífera, que una ley Canadiense va a resolver este problema? ¡Por favor!

No, nuestro problema es éste: nuestros lóbulos prefrontales son demasiado pequeños. Y nuestras glándulas adrenales son demasiado grandes. Y nuestro pulgar oponilble no es tan fabuloso. Estamos asustados de la oscuridad, y asustados de morir, y creemos en verdades de libros sagrados tan estúpidas y tan fabricadas, que cualquier niño puede—y todos lo hacen, como se nota por sus preguntas—ver a través de ellas. Y creo que debería—hablando ahora de la religión—ser tratada con burla, odio y desprecio. Y reclamo ese derecho.

Ahora, no nos andemos con rodeos. No todos los monoteísmos son iguales, por el momento. Todos están basados en la misma ilusión, todos son plagios uno del otro, pero hay uno que al momento está proponiendo una seria amenaza no solo para la libertad de expresión, sino para otras libertades también. Y esta es la religión que exhibe el terrible trio de auto-desprecio, auto-rectitud y auto-lástima. Hablo del Islam militante.

Globalmente, es un poder gigante. Controla una gran fortuna petrolera, varios países grandes y de gran fortuna; bombea una ideología de Wahabismo y Salafismo alrededor del mundo, envenenando sociedades a donde vaya; arruina la mente de los niños, atrofiando a los jóvenes en sus madrasas; entrena a la gente en la violencia, creando una cultura de la muerte, el suicidio y el homicidio. Éso es lo que hace globalmente, y es bastante fuerte. En nuestra sociedad, posa como una rastrera minoría, cuya fe pudiera uno ofender, y que merece toda la protección que un grupo pequeño y vulnerable pudiera necesitar.

Hace declaraciones bastante grandiosas para sí, ¿verdad? Dice que es la revelación final. Dice que Dios habló con un comerciante analfabeta en la Península Arábiga tres veces, a través de un arcángel; y que el material resultante—que fue evidentemente plagiado en gran parte del Viejo y Nuevo Testamento, ineptamente—ha de ser aceptado como revelación divina, última e inalterable; y que quienes no acepten esta revelación deben ser tratados como ganado, infieles, propiedad, esclavos y víctimas.

Bien, pues les digo algo: no creo que Mahoma haya escuchado esas voces. No lo creo. Y la probabilidad de que yo tenga razón, opuesta a la de que un comerciante que no sabía leer tuviera pedazos del Viejo y Nuevo Testamento re-dictados a él por un arcángel, me da la posición mucho más cercana de estar objetivamente en lo cierto.

¿Pero quién está bajo amenaza? ¿La persona que propaga esto y dice que más vale que escuche porque si no estoy en peligro? ¿O yo, que digo que esto es tan absurdo que hasta se le puede hacer una caricatura?

Y ahí van las pancartas y los gritos: “¡Decapítenlos!” Esto es en Londres, en Toronto, en Nueva York, están entre nosotros ya. “¡Decapiten a quienes ofendan al Islam!”


¿Se les arresta por expresiones de odio? No. ¿Puedo estar en problemas por lo que acabo de decir sobre el profeta Mahoma? Sí, podría. ¿Dónde están sus prioridades, damas y caballeros? Están regalando lo que es más preciado en su propia sociedad, y lo están regalando sin siquiera dar pelea, y hasta están enalteciendo a quienes les quieren negar el derecho a resistirlo. Deberían avergonzarse de esto. Hagan lo mejor que puedan con el tiempo que queda. Esto es realmente serio.

Ahora, vean donde quieran—porque hemos tenido invocaciones de una tonta y enferma especie hoy a nuestra simpatía: “¿Qué hay de los pobres jotos? ¿Qué hay de los pobres judíos, las mujeres que no pueden con el abuso, los esclavos y sus descendientes, y las tribus que no sobrevivieron y a quienes se les dijo que su tierra estaba perdida?”

Miren la esclavitud del mundo, la sumisión de las mujeres como ganado, la quema y ejecución de homosexuales, la limpieza étnica, el antisemitismo; para todo esto, basta con mirar no más allá de un libro famoso en cada púlpito de esta ciudad, y en cada sinagoga y en cada mezquita. Y entonces vean si pueden cuadrar el hecho que la fuente de todo este odio es también el agente que más pide censura. Y cuando den cuenta que, por lo tanto, esta noche están enfrentados con una gran falsa antítesis, espero que eso de todos modos no los detenga de darle a la moción ante ustedes el entusiasta respaldo que merece.

Muchas gracias.

Buenas noches.



2019-12-10

Quiero mi neoliberalismo como estaba




Se acaba de cumplir el primer año de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en México y, aunque ya habrá a estas alturas incontables evaluaciones por periodistas y politólogos profesionales al respecto, quisiera agregar la mía a la lista. Me parece una oportunidad para sintetizar muchas de las ideas que ya están argumentadas aquí en otras partes de AutóMata, ahora señalando algunos ejemplos concretos del México actual. Aún así, creo que habrá mucho material útil para escuchas de otros países, pues mucho de lo que quisiera discutir es aplicable a nivel global y especialmente latinoamericano.

*   *   *

Como introducción, voy a condensar mucho material que pueden consultar aquí mismo en AutóMata, en los artículos El Opio de los intelectuales, ¿Qué queda de la izquierda?, El centro de la herradura, Chairocracia y Proteger a la democracia. Los puntos principales los puedo agrupar en tres:

Primero, hay que redefinir al centrismo. Casi siempre, se entiende por centrismo la práctica de mirar hacia ambos lados del espectro político, encontrar el punto medio, pararse ahí, y cantar victoria. También casi siempre, esto es percibido por todos como una manera perezosa y/o cobarde de mantenerse en la indefinición política, “ni muy muy ni tan tan”, como decimos en México. Pero el centrismo, como yo lo voy a usar de aquí en adelante, es completamente distinto: se refiere a desacoplar la discusión de políticas públicas de las etiquetas que éstas pudieran tener. En principio, es irrelevante si un argumento es de izquierda o derecha, moderado o extremo, socialista o libertario. Lo que importa son dos cosas: cuál es el argumento y cuál es la evidencia que lo respalda. Su lugar en el espectro político, como lo entiende casi todo mundo, es irrelevante. Hace un siglo era una posición extrema decir que las mujeres deberían poder votar, pero ya no. Así que la percepción de una posición como extrema o moderada me es indistinta; lo mismo que si proviene de un punto de vista socialista, libertario, teológico, anarquista, feminista, o lo que fuere. Sigo queriendo saber las mismas dos cosas: cuál es el argumento, cuál es la evidencia.

Ahora, en la práctica, como la vida es corta y hay argumentos y autores que una vez tras otra demuestran su competencia o falta de ella, hay argumentos que sí voy a mover al frente de la fila de mi consideración y otros que pondré al final usando su etiqueta o su autor. Por morbo o curiosidad acabo leyendo algunos de esos de todos modos, nomás para saber qué creen los idiotas del mundo. A veces hasta salgo sorprendido para bien.

El segundo punto es que el espectro político no es una línea que va de extrema izquierda a extrema derecha, con comunistas de un lado y fascistas de otro. Probablemente no es una línea sino un paisaje de muchas dimensiones, en el que se dan todo tipo de combinaciones de posturas que no encajan en la visión tradicional de izquierda y derecha. Si uno insistiera en una imagen sencilla que reemplazara al espectro izquierda-derecha, esta imagen no sería una línea, sino una herradura: en sus extremos, la izquierda y derecha se juntan, porque creen y quieren muchas de las mismas cosas y ambas están lejos, más que una de la otra, del centro. Al centrismo soso que mencioné antes le tienen desprecio; al que propuse en el punto anterior, le tienen miedo.

La herradura política también es útil para introducir un segundo eje en el que se mueven las posturas políticas: la ideologización de la política. Es imposible llegar llegar a las posturas de los extremos políticos sin algún tipo de ideología, entendida ésta como una visión y comprensión total de cómo funciona el mundo y cómo debería funcionar, a partir de un sistema creado por algún intelectual, político o líder religioso. Los ideólogos creen entender lo que los expertos no, o haber descubierto secretos políticos o humanos que los hacen superiores a la gente común y, sobre todo, a los expertos tradicionales. Una manera rápida de entender lo que digo es que las ideologías son el análogo político de las pseudociencias. El centrismo político al que me suscribo puede resumirse fácilmente como el rechazo a la ideología. Por eso los extremos lo odian tanto: nada es tan molesto para ellos como alguien que hace preguntas específicas sobre lo que creen y por qué, como: ¿cómo lo vas a pagar? ¿puedes dar un ejemplo de cuándo ha funcionado eso antes? ¿qué van a hacer con los que estén en desacuerdo?

El tercer punto que hay que mencionar antes de hablar propiamente de México es algo que yo describiría como empirismo político: la humanidad ya intentó cientos de combinaciones de sistemas políticos, económicos, culturales y religiosos y a estas alturas ya sabemos lo que funciona y lo que no. Los detalles específicos pueden variar de un país a otro, pero básicamente los lugares donde la gente sí quiere vivir tienen un capitalismo fuerte y una república democrática, también fuerte, que le cobra impuestos para financiar un estado de bienestar (educación, salud, seguridad...). Esos países donde la gente sí quiere vivir, esos que uno ve en listas de los más felices, los más libres, los de mayor calidad de vida, todos son así. Los países que explícitamente rechazan ese modelo son los países de los que la gente se sale nadando, y donde nada funciona bien mas que la maldita policía secreta y los campos de concentración. Esto no es una cuestión de opinión: es algo que a estas alturas ya sabemos, porque tenemos los datos.

Entre los países desarrollados, Estados Unidos está a media tabla en muchas medidas porque tiene capitalismo y democracia pero sin estado de bienestar—algo muy parecido a Chile, por cierto—. Suecia y Dinamarca siempre están en los primeros lugares porque tienen mucho de los tres, seguidos de cerca por los otros países nórdicos, Canadá y Australia. Ciento ochenta países más abajo están Venezuela y Corea del Norte porque no tienen ninguna de las tres cosas y activamente se esmeran por no tenerlas.

En la herradura política, el eje ideología-centrismo bien pudiera traducirse a incompetencia-competencia: competencia para implementar el modelo que ya sabemos que funciona y que comunismo, fascismo, anarquismo y demás son incompetentes para implementar por definición, precisamente porque lo rechazan, o al menos alguno de sus elementos fundamentales. En esta visión, ubicar al populismo en el mapa político es fácil, porque se caracteriza por su rechazo a los expertos: expertos de la política y de todo lo demás. Siendo caritativos, su ideología es que una persona cualquiera debería estar a cargo de la política y podría lograr grandes cosas usando su sentido común, si las élites malvadas tan solo se hicieran a un lado y la dejaran. Siendo más duros, la ideología del populismo es la incompetencia y la inexperiencia como virtudes. En cualquier caso, en la herradura está del mismo lado que fascistas y comunistas.

*   *   *

De los tres ingredientes, México tiene los comienzos de cada uno. La parte capitalista es la que se ha desarrollado por más tiempo, pero aún le faltan elementos básicos como medidas antimonopólicas, sindicatos que realmente protejan a sus trabajadores y, hoy más que nunca, condiciones básicas de seguridad para poder operar en paz, entre otras. Pero el capital humano, los recursos naturales y la inversión a la espera de buenas oportunidades están ahí, latentes.

La democratización del país es lo que más rápido ha avanzado en los últimos 25 o 30 años, aunque eso no es mucho decir porque pasamos de democracia cero a solo un poco. Ya existe una pluralidad de partidos en el poder a todos los niveles de gobierno—cosa impensable en el México de los 70s, digamos—pero, salvo algunos ligeros matices en sus posiciones sociales, gobiernan de la misma manera semi-incompetente y corrupta. Algunas elecciones son impugnadas en cada ciclo, pero básicamente hay confianza de que los votos son contados y, a grandes rasgos, gana el que más votos obtuvo, aunque quizá los haya comprado. En particular, en los últimos años hemos visto algunas instancias de una verdadera separación de poderes, sobre todo con decisiones de la Suprema Corte contrarias a la voluntad del Presidente y el Legislativo (un caso reciente fue la Ley de Seguridad Interior en el sexenio pasado, que fue declarada inconstitucional por la Corte).

El estado de bienestar siempre ha sido raquítico aquí. Aunque todos los que tengan un empleo formal tengan derecho a atenderse en centros de salud pública, esto solo lo hacen quienes viven en la precariedad económica. Quienes pueden pagar por atenderse con privados lo hacen casi sin excepción. La educación es un caso similar, aunque la diferencia entre privado y público está más en el estatus social que en el contenido: en ambos, México está reprobado. Igual que en el resto del mundo, la pirámide demográfica se está invirtiendo lentamente en México y se ha transitado a un sistema individual de ahorro para el retiro, con el pequeño gran problema de que la cultura de ahorro en México es escasa. Cantidades raquíticas del sueldo bruto de un trabajador se destinan automáticamente a su retiro, salud y vivienda a menos que éste voluntariamente las aumente, disminuyendo su ingreso neto mensual. Además, prácticamente la mitad de quienes trabajan en México lo hacen en la informalidad—un eufemismo para la ilegalidad—por lo que muchos no tendrían acceso ni siquiera a estos míseros mecanismos de ahorro y seguridad social y, además, contribuyen poco o nada a la construcción de servicios e instituciones públicas.

*   *   *

Con todo y lo anterior, México ha logrado mejoras importantes en su camino a salir del subdesarrollo. Si te fuera asignado tu lugar de nacimiento por sorteo y te tocara México, podrías estar mucho peor. La frustración que tenemos los mexicanos es que llevamos décadas—no, quizá todo el siglo pasado—pensando que ahora sí, dentro de poco, al fin vamos a subir de categoría. Sí hay algunas mejoras, pero no nos vemos más cerca de los países desarrollados que antes: la brecha se mantiene. En los tres ingredientes aplican múltiples expresiones mexicanas: “ahí la llevamos”, “ni muy muy, ni tan tan”, “estamos menos peor”, “peor es nada”, “ya merito”. En reportajes extranjeros siempre he notado que se resalta a México por su estabilidad. Para los que estamos adentro, México es establemente mediocre.

*   *   *

Y entonces, en el verano de 2018, con más del 50% de los votos en elecciones libres y limpias (al menos a nivel presidencial), ganó AMLO en su tercer intento y tras casi 18 años de campaña formal o informal ininterrumpida. Igual que Trump en 2016, AMLO no ganó porque fuera el mejor candidato. Ganó por la frustración general entre quienes habían votado por los otros "mejores" candidatos en elecciones anteriores sin resultado. Yo voté por él en 2006 y 2012, primero convencido de que era el mejor candidato y después como voto de protesta contra el tipo claramente incompetente y corrupto que entonces iba a ganar, Enrique Peña Nieto. En esta última ocasión me pareció claro, dado todo lo que he expuesto arriba y tras ver muchos debates y entrevistas con AMLO previo a la elección, que era necesario votar activamente contra él. Me apreté la nariz y voté por el que entonces iba en segundo lugar. No quedó ni cerca.


Sigo la política en Estados Unidos igual o más que la mexicana, y los paralelos con Trump son extraordinarios y, a veces, AMLO lo supera de manera preocupante. Decía Woody Allen que lo bueno de ser inteligente es que puedes fingir ser tonto cuando te conviene, mientras que al revés es imposible. Trump demuestra lo que pasa cuando un idiota pretende ser un genio; AMLO demuestra lo que pasa cuando ni siquiera lo intenta. Trump cree que es altamente competente cuando no lo es; AMLO de plano dice que la competencia no importa, porque gobernar no tiene ciencia. Trump tiene algunos libros a su nombre, obviamente escritos por alguien más, porque él no puede completar un enunciado hablado ni escrito correctamente y no tiene ideas propias; para desgracia de AMLO, parece ser que sí fue él quien escribió sus libros, plasmando su conspiranoia e ignorancia para la posteridad, con todo y faltas de ortografía. Trump alardea de la genialidad que no tiene; AMLO, de la ignorancia que sí tiene. Para AMLO y su partido, MORENA, la competencia es un corrupto requisito burgués neoliberal.

De hecho, todos los problemas de México son, dice AMLO, por culpa del neoliberalismo. Dudo que él pueda definir el término, aunque en cierto modo ya no importa mucho porque es solo un insulto para la política que no le gusta, que en el caso de AMLO es todo antes de que estuviera él. Basta con decir que su opinión la comparte con fascistas y socialistas por igual. Lo mismo ocurre con la palabra "conservador", que para AMLO significa todos los que quieran preservar lo que había antes de su gobierno (incluyendo todo lo que en otras partes del mundo sería visto como progresista, como las estancias infantiles y refugios para mujeres víctimas de violencia doméstica, ambos ya dejados sin financiamiento).

Sabemos que no conoce el significado de esas las palabras porque él mismo tiene políticas neoliberales y, sobre todo, conservadoras. Los recortes gubernamentales, sean de personal o de financiamiento a programas públicos, son thatcherianos en su neoliberalismo. El uso de recursos públicos para adoctrinamiento religioso es un ejemplo clásico de conservadurismo. En una declaración extraordinariamente reveladora del embrollo que es su mente ignorante y conservadora, culpó al neoliberalismo del aumento en los divorcios. Ya muchos han señalado que sus conferencias de prensa son básicamente homilías, con todo y referencias religiosas explícitas y comparaciones de sí mismo con Cristo.

La lista de desaciertos en AMLO, su gabinete y sus seguidores es interminable. Lo más preocupante para mí ha sido su constante descalificación de la prensa y el desprecio por el conocimiento y quienes lo poseen, especialmente científicos e intelectuales. Eso, y que no parece haber un plan coherente en lo que hace. Cuando los socialistas se proponen arruinar un país, al menos tienen un plan. AMLO es tan incompetente que ni siquiera es socialista.

Pero bueno: ¿tras todo esto, estamos más cerca de completar los tres ingredientes con AMLO? ¿Será, quizá, el genio que juega ajedrez en cuatro dimensiones como sus sicofantes alegan? Al menos con Trump, por mérito suyo o no, la economía de E.U. ha crecido en cada año que él ha estado. Acá no hay señales de que las cosas vayan bien: ni a la mediocridad anterior, eso que yo quise preservar con mi mediocre voto, llegamos ahora. El 2% de crecimiento anual que teníamos es ahora 0% (si tomamos en cuenta el crecimiento de la población en lo que va del año, ya estamos en números negativos). Tras haber prometido en campaña 6% de crecimiento anual, luego revisarlo a la baja a 4% ya en el poder, ahora AMLO pide más tiempo y, para colmo, dice que no importa el crecimiento y que ahora la riqueza está mejor distribuida, gracias a su incansable lucha contra la corrupción (¿cuál?) y la mejor distribución de la riqueza (repartiendo dinero).

(Un pequeño experimento con una calculadora y un poco de imaginación ayuda a entender por qué esto es ridículo: si tomáramos los 60 mil millones de dólares de Carlos Slim, hombre más rico de México, los convirtiéramos a pesos suponiendo 20 pesos por dólar y los repartiéramos entre 120 millones de mexicanos, ¿cuánto nos tocaría? Respuesta: un pago único de 10 mil pesos, o 830 pesos al mes por un año. Es mejor que nada, pero nadie va a salir de la pobreza con eso, y además se habrán creado muchos pobres más, empezando por el mismo Slim y sus (des)empleados, en México y más allá. Redistribuir no es sustituto para crecer, y la igualdad económica no sirve de nada si es igualdad de miseria.)

Por el lado de la república democrática que le cobre impuestos a esa magra economía las cosas no se ven bien tampoco, porque AMLO, supuestamente de izquierda, se niega a aumentar impuestos. Y menos cuando su jefe de gabinete es uno de los principales contratistas de su propio gobierno (y de los anteriores, esos corruptos neoliberales que nada hacían bien). Ya tuvimos dos ejemplos de votaciones en el Legislativo en las que se siguió la línea directamente marcada por el presidente: la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos fue votada (con fraude) a pesar de violar la ley claramente: es abiertamente aduladora del presidente y militante de MORENA, partido de AMLO. Y para la Suprema Corte AMLO mandó, y logró que se aprobara, ¡a la abogada del antes mencionado jefe de gabinete contratista! Eso no es separación de poderes...

En el estado de bienestar, tenemos la abierta simulación, en el mejor de los casos. AMLO se ha enfocado a desmantelar los programas que realmente funcionaban y ayudan gente (como las antes mencionadas estancias infantiles y los albergues para mujeres violentadas), pero al mismo tiempo reparte dinero en una estrategia que hasta un populista reconocería como compra de votos a la antigua: hoy te doy una limosna, mañana votas por mí. La estrategia es igual que la de Chávez en Venezuela: que los pobres sigan pobres, pero contentos.

Ilustración: Víctor Solís en Nexos.

El de por sí preocupante número de homicidios llegará este año a un máximo histórico de 34,500, unos 29 homicidios por cada 100 mil habitantes. Para comparar, en Estados Unidos, ese país loco con más armas que habitantes y tiroteos en escuelas, en 2018 se tuvieron 16,000 homicidios repartidos entre 330 millones de habitantes, dando una tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes de 5. Así que, por la parte de seguridad, el bienestar no va a llegar tampoco.

*   *   *

Sé de muchas personas, algunas nada tontas, que votaron por AMLO y ya están arrepentidas. Algunas pocas todavía se aferran, o reconocen los desaciertos pero inventando pretextos, como que iba a ser igual con los otros candidatos o que AMLO necesita más tiempo. Como sea, su popularidad ha bajado muy poco a poco y todavía se mantiene por arriba del 60%. He escuchado a varios analsitas decir que AMLO es un genio de la comunicación, cosa que explica su popularidad relativamente estable. A mí esto me parece ridículo. Una cosa es que sea un genio de la comunicación política, y otra es que haya millones de personas igual de tontas e ignorantes que él, que en México sobran: los chairos, que básicamente ya no tienen remedio y constituyen el voto duro de AMLO, usualmente de un 25 a 30%, unidos a gente simplemente desinformada. Se entiende: Trump nomás no baja de un 35 a 40% tampoco. Y eso que es Trump.

En fin, creo que ahora solo queda prepararse para la siguiente ronda de elecciones, en 2021, y siempre teniendo en mente los ingredientes necesarios: capitalismo, república democrática, estado de bienestar. Ante todas las políticas propuestas por los candidatos, la pregunta siempre debería ser qué tanto nos acercan o nos alejan de avanzar en esos tres rubros. Todos los votos son voto útil.

AMLO tipo estuvo jode y jode y jode por 18 años con que él sabía qué hacer, y resulta que llegó al trabajo a pedir tiempo para aprender. A estas alturas ya está claro que los corruptos neoliberales, sea lo que sea que signifique eso, eran los menos peores. Si hubieran ganado la presidencia México hubiera seguido básicamente igual, jodido, pero cada vez menos. Venezuela es el ejemplo más reciente y claro de que siempre se puede estar peor. ¿Qué pensarán del neoliberalismo allá por estos tiempos, que no les alcanza ni para el alambre de púas?

Tomado del monero Calderón.

2019-11-25

Naturalismo



La ontología más general típicamente asociada al ateísmo es el naturalismo: existe solamente un mundo, el mundo natural, que exhibe patrones que llamamos "las leyes de la naturaleza", y que se puede descubrir mediante los métodos de la ciencia y la investigación empírica. No hay un mundo aparte con lo sobrenatural, espiritual ni divino; no hay tampoco una teleología cósmica o propósito trascendental inherente en el universo ni en la vida humana. "Vida" y "conciencia" no denominan esencias aparte de la materia; son formas de hablar de los fenómenos que surgen de la interacción de sistemas extraordinariamente complejos. El propósito y el significado en la vida surgen fundamentalmente a través de actos de creación humana, y no son derivados de nada fuera de nosotros mismos. El naturalismo es una filosofía de unidad y patrones que describe a toda la realidad como una red continua.

—Sean Carroll, en The Big Picture
Usando a la religiosidad como un indicador indirecto de creencia en lo sobrenatural, el naturalismo—no confundir con naturismo—es por mucho una posición minoritaria. Inclusive entre la relativamente minúscula población de ateos existen alusiones insistentes a la espiritualidad, a trascender, a descubrir propósito. Esto es un impulso humano, probablemente, y difícil de evitar. Aún así está mal y no aporta nada que sea mejor que la alternativa: la visión naturalista no solamente es la correcta, sino que es la que más prosperidad y bienestar ofrece.

Antes que nada, creo conveniente establecer que lo sobrenatural—sea espiritismo, telequinesis, brujería, clarividencia, vida después de la muerte, fantasmas, dioses o lo que sea—no solamente no existe, sino que no puede existir, porque es incoherente. Quienes afirmen haber detectado algún fenómeno sobrenatural, necesariamente lo habrán hecho por medios naturales, es decir, físicos : vieron algo, oyeron algo, sintieron algo. Lo que sabemos del mundo físico va creciendo continuamente y quizá sea todavía poco comparado con lo que queda por saber, pero ya es más que suficiente para descartar todo lo sobrenatural.

Si alguien propone que grabó un fantasma en video, supongamos, y si se supone que ese fantasma está hecho de alguna sustancia—ectoplasma, materia espiritual o como le quieran llamar—¿cómo llegó al video si no mediante un fenómeno físico? Los detectores CCD de una cámara digital los hicimos usando lo que sabemos de electromagnetismo o, más específicamente, de electrodinámica cuántica. Quien afirme que logró capturar en video a un fantasma está haciendo la declaración, quiera o no, de que la electrodinámica cuántica está mal, incompleta o que, sin querer, automáticamente incluye también a la electrodinámica ectoplásmica. Tenemos los libros con las ecuaciones detalladas que, los creyentes dicen, están mal o incompletas. Pero curiosamente nunca pueden decir cuáles, ni en qué.

Llama la atención, hablando de electrodinámica cuántica, cuánto las creencias en lo sobrenatural dicen basarse en ciencia, cuando es ésta la que más las contradice. En un debate en Caltech en 2006, el confundidísimo charlatán Deepak Chopra se la pasó vomitando ensaladas de palabras con aderezo cuántico y no se le ocurrió que había entrado a una madriguera de físicos teóricos. En la sesión de preguntas, el físico Leonard Mlodinow lo confrontó (muy amablemente), diciéndole "...entiendo lo que significa cada una de las palabras que dices, pero todavía no entiendo de qué estás hablando". Obviamente, Chopra no pudo hacer más que cambiar de tema con más ensaladas de palabras, sobre el infinito y quién sabe qué más:


La lección de la mecánica cuántica—que ya exploraremos aquí en AutóMata—no es, ni de cerca, que el materialismo esté limitado u obsoleto. Al contrario, como todos los descubrimientos científicos, la lección es que el mundo material es mucho más interesante que cualquier superstición "espiritual" que se le pudiera ocurrir a un humano. Una y otra vez, la explicación de un fenómeno resulta ser un patrón en el mundo natural. No hay una sola explicación natural de un fenómeno que haya sido reemplazada por otra explicación sobrenatural mejor. En toda la historia de la humanidad, ni una.

Cada vez que lo sobrenatural tiene la oportunidad de ganarse un Nobel de física, química o medicina, fracasa. Todo lo que se pudiera explicar proponiendo la existencia de lo sobrenatural puede explicarse, con menos suposiciones y muchísima más evidencia, proponiendo la existencia de gente confundida. Los videntes, por alguna razón, no se ganan la lotería; por la misma razón, los curanderos no se acercan ni por accidente a una sala de quemaduras o amputaciones en un hospital.

*  *  *

Sobra decir que el alma no existe tampoco, siguiendo el mismo modo de argumentación aplicado a los fantasmas: ¿cómo puede una entidad física, como el cuerpo humano, interactuar con algo no-físico, como el alma? Algún componente físico es necesario para, digamos, mover un brazo o abrir los ojos, porque estos movimientos son físicos. ¿Cómo "empuja" o "jala" el alma a los mecanismos del cuerpo o el cerebro, si no está hecha de nada físico? ¿Qué está haciendo el alma que no haga por sí solo el cerebro?

Ya que andamos en eso, sabemos que la mente (a veces usada como sustituto del alma) es una función del cerebro. Es un proceso físico, o químico o biológico, si así lo prefieren, que es ejecutado por el cerebro. Faltan muchos detalles, pero aún lo más burdo de lo que sabemos es ya incontrovertible: dañas al cerebro y dañas a la mente. Si no, ¿qué creen que hace el Alzheimer? ¿Qué creen que hace una lobotomía? ¿Cómo creen que funciona la anestesia?

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Aunque todo se pueda reducir, en principio, a objetos y mecanismos de física fundamental, esto no siempre es lo más práctico. La física de partículas debe ser consistente con, digamos, la economía, pero sería imposible e impráctico tratar de derivar la economía a partir de la física de partículas. Afortunadamente, puede describirse el mundo en términos perfectamente naturales a distintos niveles, algo que el físico Sean Carroll llama naturalismo poético. Por ejemplo, podemos hablar de un smartphone como un dispositivo con un cierto sistema operativo y aplicaciones, o como una colección compleja de circuitos integrados y otros componentes electrónicos, o como moléculas y partículas fundamentales. Todas las descripciones son válidas y equivalentes. En el naturalismo poético, algo es "real" si juega un papel esencial en una descripción natural coherente.

Lo que conecta un nivel de descripción natural con otro es la emergencia, en el sentido de emerger, definida como la presencia de propiedades en una descripción natural que no se encuentran en otra descripción más fundamental. Un caso fácil de entender es la temperatura de un objeto, propiedad que emerge de la energía cinética de las partículas individuales que lo componen pero que no existe en ninguna de ellas (es un sinsentido hablar de la temperatura de una sola molécula). Una vez que uno se ubica en un nivel que en principio se puede derivar de otro más fundamental, puede tomar sus propiedades básicas como fundamentales y seguir describiendo al mundo en ese nivel sin problema. En principio, todas las propiedades de un nivel de descripción se podrían derivar de los niveles que le son más fundamentales (algo conocido como reduccionismo), pero no es necesario hacerlo para empezar a estudiar. El concepto de temperatura se usó, incluso de manera científica, mucho antes de que se supiera su origen en la energía cinética de las partículas.

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En nuestras vidas diarias, inclusive los naturalistas más radicales nos movemos con propósitos, tomamos decisiones, planeamos para el futuro, tratamos de darle sentido a lo que hacemos. Ninguna de esas cosas existe en las descripciones naturales del mundo, especialmente las más científicamente rigurosas, a ningún nivel. El filósofo Wilfred Sellars propuso que una visión moderna de lo que hace la filosofía es reconciliar, en la medida posible, el mundo como se nos manifiesta con el mundo como realmente es. Los humanos nos contamos historias, le atribuímos sentido a nuestra existencia y la de los demás, sentimos, pensamos, planeamos para el futuro. Las partículas fundamentales, obviamente, no.

Al principio mencioné que no había que confundir el naturalismo con el naturismo: la creencia de que lo natural es bueno y que es una falacia sumamente común, irónicamente, entre quienes veneran a lo sobrenatural. Saber cómo son las cosas no nos dice nada acerca de cómo deberían ser, y por lo tanto explicar que algún fenómeno sea natural no implica excusarlo : la violencia parece ser parte de la naturaleza de todos los primates, incluyéndonos a los humanos, pero hemos optado por usarla cada vez menos y, (casi) todos estamos de acuerdo, eso es bueno.  También hemos manipulado a lo natural para deshacernos de la viruela, y para aprovechar la física y la química para producir energía que de otra manera no existiría.

El filósofo y físico Tim Maudlin cuenta una parábola interesante. Imaginemos que hay dos jugadores de ajedrez, hombre y mujer, que son pareja  y tienen una hija. Deciden inculcarle el juego cuanto antes, enseñándole todo lo que pueden, llevándola con maestros e inscribiéndola en torneos. Tienen grandes visiones y ambiciones para su hija como ajedrecista y sí, la niña se hace muy, muy buena para el ajedrez. Pero hay un problema: a ella no le gusta el ajedrez. Le parece solo un juego aburrido e inútil. Ella quiere hacer otra cosa, dedicarse a algo más. Quizá las artes, o una ingeniería o lo que sea, menos ajedrez.

¿Concluiríamos que su vida carece de propósito, por haber rechazado el plan de sus creadores? ¿Y qué si hubiera sido libre, desde el principio, de hacer su propio propósito? En un mundo puramente natural, no existe propósito, ni bien ni mal, aparte del que nosotros hagamos. ¿Y para qué queremos más?

La gente creyente en espiritualidad o religiones no se imagina cómo sería vivir así, libre. Los filósofos existencialistas consideraban una especie de absurdo tener que enfrentar semejante situación (que, por cierto, consideraban la situación real). ¿Por qué levantarse por la mañana—preguntan—si todo esto es para nada? ¿Por qué vivir en lo absoluto, si todo terminará y, además, terminará en la nada? Como dijo Albert Camus, ¿debería suicidarme o tomarme un café?

Con una visión natural del mundo, uno se levanta por la mañana por la misma razón que todos los demás: porque tiene el estómago vacío y la vejiga llena. Eso, y para tomar café. Y para hacer cosas que nos gustan o nos pagan dinero. Inclusive la gente que tiene pósters de Camus y Nietzche en su cuarto lo hace. Conocer cómo funciona el mundo es lo que nos permite manipularlo a nuestra conveniencia y disfrutarlo, le importe o no a quien sea, o a nadie. Aparte de lo que digan las leyes fundamentales del universo, nada es obligatorio ni está prohibido. No tenemos que hacer nada aparte de lo que decidamos hacer.

Que nuestras vidas sean finitas no implica, de ninguna manera, que sean poco valiosas, sino al contrario. Deberíamos, ya que estamos aquí, aprovechar. Nadie escucha una pieza de música genial, como una sinfonía, y a mediados del tercer movimiento dice "Ah, pero esto no tiene caso, porque llegará el cuarto movimiento y luego se terminará. Buuu." Por otro lado, en la peor miseria humana, a nadie le consolará que le digan "Lamento lo de tu cáncer, niño, pero no te preocupes, porque es para nada y luego se acaba." Precisamente porque estamos en un mundo puramente físico, estas experiencias son reales. Cuando alguien muere, realmente se muere. La vida no es una ilusión, ni un ensayo para el número estelar que le sigue. Este es el número estelar. Tenemos todo por ganar—o perder—si lo entendemos así.

2019-11-17

Sí a la Justicia, No a la Justicia Social



El término “justicia social” suena bien, al menos a primera vista. Pero me preocupa, por lo que he estudiado de la situación cultural y política en Estados Unidos y Europa, y que sigo de cerca desde algunos años. Ahora, en México y el resto del mundo se empiezan a adoptar plenamente los errores de aquella guerra cultural y, me temo, no tenemos las instituciones ni tradiciones intelectuales necesarias para hacerle frente a la polarización que nos espera (lo de ahora no es nada comparado con lo que viene, si tengo razón).

Tomando las palabras “justicia” y “social” por separado me parece inevitable, siendo la persona de mente cuadrada y literal que suelo ser, pensar en algo así como “impartición de recompensas y castigos según se merezcan” para la primera, y “a nivel de grupos a gran escala” para la segunda. Pensé que de lo que se trataba esto de la civilización—y ciertamente de la civilización desde la Ilustración—era dejar de lado culpar o recompensar a grupos enteros de personas basándonos en sus características más superficiales, que necesariamente son las únicas que se pueden discernir a nivel social. El sueño de Martin Luther King, de que sus hijos fueran juzgados no por el color de su piel sino por el contenido de su carácter, parece ahora ingenuo.

Seguramente, me digo, los chairos (equivalentes latinos a los Social Justice Warriors en E.U.) no quieren realmente recompensar o castigar gente basándose en raza, sexualidad o clase socioeconómica, y en realidad estoy entendiendo mal. Pero cada vez que tienen oportunidad de explicar qué es lo que sí están diciendo, confirman que no son menos racistas, inconsistentes ni hipócritas que sus homólogos de derecha. No les interesa combatir el racismo, sino solamente cambiarlo de dirección (para esto, hablen con ellos de cualquier cosa que tenga que ver con Estados Unidos o Israel y verán a qué me refiero). No les interesa ayudar a poblaciones marginadas como los indígenas a salir de su predicamento, sino que quieren glorificar y romantizar su marginación y rezago. Es como observó Christopher Hitchens acerca de la fraudulenta Madre Teresa: no ayudó a un solo pobre porque no era amiga de los pobres, sino de la pobreza.

Y no anticipan, ni de lejos, que muchas de las cosas que creen (muchas buenas, por cierto) como el empoderamiento de las mujeres, el respeto a la diversidad sexual y el combate al racismo, se van a estrellar contra un duro muro de disonancia cognitiva cuando descubran que entre los indígenas hay más misoginia, homofobia y racismo que en el típico panista “blanquito” que tanto odian. ¿Y qué van a hacer entonces? Quizá recurran a las maromas que tienen que recurrir los SJWs cuando tienen que hablar sobre el Islam, redefiniendo las palabras y adoptando de lleno el relativismo moral. La educación, la democracia, la ciencia y la libertad no aplican para la gente prietita, al parecer. Supongo que pronto lo veremos.

La politóloga de Harvard Amy Wax cuenta una historia que llama “La parábola del peatón”. Imagine que un peatón camina por la calle, siguiendo las reglas a la perfección. Cruza por las esquinas solamente cuando el semáforo se lo indica, cede el paso cuando le toca, voltea hacia ambos lados, no tira basura, ayuda viejitas a cruzar y todo. Desafortunadamente, un tipo manejando distraído o hasta ebrio, se pasa un alto y atropella a este inocente peatón, que sobrevive pero queda con lesiones gravísimas. El conductor resulta ser rico, y podría compensar económicamente a la víctima sin problemas. Está arrepentido y dispuesto a reparar el daño en cuanto pueda y, para la fortuna de todos, los médicos dicen que el atropellado se recuperará, aunque con algunas cirugías y mucha, mucha rehabilitación.

Pero la rehabilitación la tiene que hacer, precisamente, el atropellado. Por más que pague el conductor irresponsable, por más que viva con la culpa de lo que le hizo al pobre peatón, y por más que se le condene a cárcel, multas o estigma social, es la víctima la que tiene que pasar por las cirugías y la terapia física. Todo el castigo del mundo será inútil si no cumple con sus sesiones de rehabilitación y, eventualmente, supera lo que le pasó.

La “justicia social”, entonces, parece que pretende reparar todos estos incidentes de atropellos castigando a todos los conductores, hayan cometido infracciones o no, y recompensando a todos los peatones, hayan sido atropellados o no, e independientemente de su buen estatus como conductores o peatones. No solo eso: pretende castigar a los descendientes de todos los conductores y recompensar a los descendientes de todos los peatones. Esto, a pesar de que nadie escoge a sus padres, y los conductores y peatones y conductores frecuentemente cambian de lugar. Pero la justicia social, pervirtiendo su mandato de ser ciega y pareja, arrasa por igual.

Si alguien cometió atropellos contra otro, adelante, digo yo: que se le sancione y que se repare en la medida posible el daño. Que se haga justicia. Pero buscar otras víctimas inocentes, pero que sean de otro color, sexualidad o clase económica, con tal de “emparejar” la situación es un grave error y un retroceso. Nadie escoge sus padres, ni el color de su piel, ni el país en el que nació, ni su sexualidad, ni los abusos que impartieron o recibieron sus ancestros. La solución es buscar que no haya más víctimas, punto. Cambiar unos victimarios por otros no ayuda en nada.

2019-11-12

Introducción a la Cosmología



Concediendo todo sobre la humildad intelectual que la ciencia le exige a quienes la practican, y tomando en serio la idea de que todo o mucho de lo que sabemos pudiera cambiar en el futuro, es sorprendente cuanto sabemos. Hasta nuestra incertibumbre la podemos cuantificar con múltiples decimales de precisión. Supongo que es algo necesario para el marketing de nuestros tiempos, pero me frustra que todo acerca del Cosmos y su estudio siempre se discuta ante todo como un misterio, siendo que ya sabemos tanto. Parafraseando a Einstein, el milagro es que no hay milagros. Casi todo cuadra y, donde no, tenemos una buena idea de lo que habría que hacer para que cuadre (que esto vaya a ser fácil es otra cosa).

Mapeo logarítmico del Universo, con el presente en el centro y el pasado hacia las orillas.

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La herramienta principal que se usa en la cosmología es la Relatividad General (RG), así que tendré que empezar por ahí. Las matemáticas necesarias para estudiarla como se debe sí son prohibitivas, pero algunos conceptos principales se pueden captar con algo de imaginación y analogía desde lo que podemos ver en el mundo cotidiano. Necesariamente tendré que cometer algunas imprecisiones que notarán los lectores que sí conozcan de la materia, pero es eso o decir nada.

Igual que en los problemas de física en la secundaria, en la RG se usan coordenadas que son útiles para calcular pero no tienen en sí un sentido físico. Si imagino ejes \(x-y-z\) a partir de donde estoy parado, éstos en general no van a coincidir con los de otra persona parada en otro lugar y con sus propios ejes. Mi "arriba" en México es algo así como "abajo y a la izquierda" para alguien en Australia. Mi "arriba" puede coincidir con alguien que está parado de frente a frente conmigo, pero mi "izquierda" es su "derecha". A fin de cuentas todas estas diferencias no son importantes a la hora de calcular los movimientos de bloques en planos inclinados, pelotas de beisbol, o la órbita de un planeta, porque todos entendemos que pudiéramos acomodar nuestros ejes de coordenadas con los de los demás girando y desplazándonos a su lugar (usando rotaciones y traslaciones, en lenguaje de físico), y la física es la misma en cualquier sistema de coordenadas.

El primer gran brinco conceptual que se hace en la RG es que el tiempo es tratado como otra dimensión de espacio. Para alinear mis coordenadas con las de alguien más, puedo hacer rotaciones y traslaciones de mi coordenada de tiempo también: lo que desde un punto en el Universo pudiera ser un movimiento en cierta distancia en \(x\) y  \(t\), desde otro pudiera ser visto como pasando por el doble de esa distancia en \(y\) y la mitad en \(t\). En otras palabras: la coordenada de tiempo, en RG, no tiene sentido físico por sí sola. Es solo otra coordenada más en una revoltura de cuatro dimensiones que llamamos espaciotiempo. Pero ojo: aunque las coordenadas no tengan sentido físico, el espaciotiempo que describen sí es un objeto físico real. Este punto será muy importante recordarlo más adelante.

Otro concepto que nos va a servir para empezar a hablar propiamente de cosmología es el uso que se hace en la RG de la curvatura. Todos podemos ver un objeto, una superfice o simplemente una línea, y apreciar si es curva o recta. Pero no es necesario ver ese objeto desde fuera: una persona pequeña viviendo sobre una superficie grande puede hacer experimentos en sus alrededores y determinar qué curvatura tiene su mundo (es por medidas así que sabemos desde hace miles de años que la tierra no es plana, por cierto). La manera más directa es dibujar triángulos grandes, con segmentos que sean lo más rectos posibles sin salirnos de la superficie. En un espacio plano (es decir, con curvatura cero), cuando terminemos y sumemos los ángulos interiores de nuestro triángulo el resultado debe ser 180°. Si nos da más, estamos en un espacio con curvatura positiva; menos, negativa.

De arriba hacia abajo: Curvatura positiva, negativa y nula. Más abajo se explica el significado de la letra Omega.

Entonces, la segunda gran idea a entender en RG es que la gravedad no es una fuerza: es curvatura. ¿Curvatura de qué? Curvatura del espaciotiempo: el objeto físico descrito por las coordenadas espaciales y temporales que mencionamos arriba. No es solamente que espacio y tiempo sean intercambiables: a diferencia de los ejes \(x-y-z\) que estamos acostumbrados a dibujar, los ejes de coordenadas en RG, incluyendo el de tiempo, además se pueden deformar. Lo que deforma al espaciotiempo es la presencia de materia o energía.

Va un ejemplo. En la física newtoniana, un objeto se mueve a velocidad constante hasta que una fuerza actúe sobre él. (Ojo que "velocidad constante" significa sin cambios en rapidez ni dirección—es igual de "constante" quedarse quieto que moverse en línea recta a paso fijo.) En su paso por el espacio, la Tierra se movería en línea recta, de no ser porque la gravedad del Sol la "jala" en su dirección, como si la tuviera agarrada de una cuerda, manteniéndola en órbita. Además, la Tierra también "jala" al Sol con la misma fuerza, aunque su efecto sobre el Sol sea minúsculo. En cambio, en RG, la Tierra sí está moviéndose a través del espacio en la línea más recta que puede a rapidez constante: pero el espacio mismo está torcido—por el Sol. Noten también que, si el Sol estuviera solo sin planetas, la deformación sobre el espacio a su alrededor sería la misma; para la gravedad newtoniana se necesitan dos objetos jalándose uno a otro, pero en RG un solo objeto puede deformar el espacio a su alrededor, esté quien esté.

La presencia de materia y energía deforma el espaciotiempo y esto es percibido como gravedad.
"La línea más recta posible" en un espacio curvo se llama una geodésica. Si han visto los mapas mundiales con rutas de vuelos entre continentes, esas rutas hacen geodésicas sobre la superficie de la Tierra. Técnicamente, las geodésicas son una distancia extrema entre puntos de una superficie, suponiendo que no te puedas salir de ella: el vuelo México-París se puede volar sobre la misma geodésica "en corto" a través del Atlántico, o también en la dirección contraria bajando hacia la Antártida, subiendo por China y bajando desde el Ártico: ambos sentidos están sobre el mismo círculo. En fin: en la RG, los objetos se mueven sobre geodésicas en el espaciotiempo a menos que una fuerza (electromagnetismo u otra cosa) actué sobre ellos. La gravedad es un efecto geométrico que resulta de torcer el espaciotiempo.
Geodésicas (líneas flechadas) sobre una esfera.
A la vez que la materia y energía deforman el espaciotiempo a su alrededor, se mueven por los caminos que éste les marca. Hay un mecanismo de feedback, por así llamarlo, entre el movimiento de la materia a través del espaciotiempo y la deformación del espaciotiempo por la materia (en física decimos que es una interacción no lineal ). Así como en física newtoniana usamos las leyes de Newton para calcular el movimiento de los objetos sujetos a fuerzas, en RG se usan las ecuaciones de campo de Einstein. En vez de tener fuerzas de un lado y aceleraciones de otro, tenemos geometría de un lado y densidad de de materia y energía del otro: \[R_{\mu\nu}-\frac{1}{2}Rg_{\mu\nu} = 8\pi G T_{\mu\nu}.\] Para estudiar RG como se debe se necesita geometría diferencial, que pueden entender como una generalización del cálculo vectorial a espacios de cualquier dimensión y curvatura.

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Ahora sí: la cosmología moderna parte de algunas observaciones empíricas por el lado de la astrofísica, junto con algunas suposiciones teóricas que se usan para poder aplicar RG a la explicación de esas observaciones. Algunas de esas observaciones eran esperadas y otras fueron completamente sorpresivas.

Primero, desde los años 20s se encontró que había objetos masivos más allá de nuestra propia galaxia y que, en general, se estaban alejando de nosotros. Con telescopios de mayor resolución se confirmó que, además de ser galaxias enteras alejándose, las que estaban más lejos se alejaban más rápido. Usando el brillo de estrellas pulsantes conocidas como Cefeidas variables, uno puede ubicarlas en las galaxias lejanas y comparar su ritmo de pulsación con el que deberían tener si estuvieran quietas respecto a nosotros, deduciendo así distancia y velocidad. También puede hacerse esto con otras llamadas candelas estándar, que son objetos astronómicos cuyas propiedades intrínsecas como su luminosidad se conocen bien y se pueden comparar con lo que se observa en el cielo. Es el mismo caso que si uno sabe que un foco a lo lejos es de 100 Watts, por la intensidad de la luz que llega se puede deducir la distancia y la velocidad que tiene.

En una supernova de tipo Ia, una estrella enana blanca, extremadamente densa y con un campo gravitacional fuertísimo, poco a poco acumula material de otra estrella cercana. Cuando la enana blanca alcanza el punto conocido como límite de Chandrasekhar, acumula suficiente materia para colapsar, volar sus capas exteriores en una grandísima explosión, y finalmente desaparecer formando un agujero negro. A finales de los 90s se usaron las supernovas de este tipo como candelas estándar para determinar no solamente que el universo se estaba expandiendo, sino que lo hacía cada vez más rápido.  Esto fue contrario a lo que se esperaba desde que se observó el fenómeno a principios de siglo y por mucho tiempo los investigadores pensaron que habían cometido un error en sus mediciones o cálculos. Para entender lo sorprendente que es esto, imagina que lanzas una pelota de beisbol hacia arriba y, en vez de regresar, ¡se va al infinito cada vez más rápido!

Otra observación importante, que sí había sido anticipada, es la de la radiación cósmica de fondo. Esta es una radiación extremadamente uniforme que viene hacia nosotros de todas direcciones y está hecha de los primeros fotones (las unidades de luz más pequeñas posibles) que pudieron viajar libremente por el Universo. Se percibe como una temperatura de 2.7 K (unos -270 °C).

Radiación Cósmica de Fondo: Los puntos azules están 1 parte en 10,000 más fríos que los rojos.
Finalmente, la última observación importante que vale mencionar es que parece haber, tanto en galaxias como en cúmulos y supercúmulos de galaxias, muchísima más materia que la que se puede ver. Para que las galaxias giren tan rápido como lo hacen sin deshacerse, y para que los cúmulos de galaxias distorsionen el espacio a su alrededor tanto como lo hacen, debe haber mucha más materia que la que podemos detectar con telescopios.

El anillo deforme que se ve alrededor de las galaxias en el centro de la imagen es resultado de que éstas forman un lente gravitacional. El anillo es materia que está detras de las galaxias, mucho más lejos, y podemos verla porque las galaxias hacen un efecto de lente.
Todas estas observaciones son el punto de partida para lo que se conoce como el modelo cosmológico \(\Lambda\)CDM ("Lambda-CDM"), que es básicamente el consenso al que han llegado los cosmólogos modernos y que se encuentra todavía en proceso de completar.

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Como habrán imaginado, el punto inicial del modelo \(\Lambda\)CDM es el Big Bang. Sin embargo, hay que aclarar que, aunque la evidencia de arriba y mucha más que omití por cuestión de tiempo apunta abrumadoramente a que este evento definitivamente sucedió, la cuestión de si fue el principio absoluto no está decidida todavía. Por ahora, usando RG y algunas extensiones teóricas razonables, podemos llegar a unas billonésimas de segundo después del tiempo \(t = 0\) sin mayor problema. Los problemas comienzan cuando uno recuerda que la RG es una teoría clásica, es decir, no toma en cuenta los efectos cuánticos que deberían ser relevantes a energías grandísimas o, lo que es equivalente, distancias pequeñísimas.

Si tomamos la RG tal como está y no agregamos ninguna consideración cuántica, el Big Bang es una singularidad : un punto en el que la teoría está simplemente mal definida. Esta singularidad es inevitable en un Universo modelado clásicamente solamente con RG y marca un punto en el que nos topamos con pared y no podemos seguir. Casi ningún cosmólogo profesional cree que este sea el fin de la historia, sino que hay que lograr una teoría de gravitación cuántica que junte RG con mecánica cuántica o, mejor dicho, con la Teoría Cuántica de Campos. Está planeado abordar ese tema aquí en AutóMata (de eso se trató mi doctorado), pero hacerlo ahora sí nos desviaría mucho.


Afortunadamente, hay mucho material por discutir si cubrimos la historia del Universo de unas billonésimas de segundo después del inicio hasta ahora. Para empezar, uno puede rebobinar la película del Universo y deducir que, si las galaxias están alejándose unas de otras, en el pasado debieron estar más cerca y, más hacia el pasado, toda su materia estaba concentrada toda en un solo lugar infinitesimal. Pero aquí hay una trampa sutil en la que casi siempre caen los inexpertos: no había un "espacio vacío" que fue llenado por las galaxias. Es el espacio mismo el que se expande y, en ese sentido, el Unvierso siempre ha sido infinito. No había nada afuera, porque es un sinsentido estar "afuera" del espacio. Una cosa es moverse a través del espacio y otra es que el espacio se mueva. Esto sí va a ser difícil de explicar, pero va un intento:

Imagine la superficie de una esfera que se pueda expandir, digamos algo como un globo. Cualquier trayectoria que pueda dibujar con un plumón sobre el globo puede seguir para siempre, dando vueltas, aunque se cruce con los trazos que ya había dibujado. No hay una "frontera" donde deba toparse el plumón y terminar de rayar. Esta propiedad no cambia por más que se infla o desinfla el globo, suponiendo que su plumón puede ser tan fino como quiera y tiene tinta infinita. Ahora es donde va a fallar la analogía y no hay de otra mas que aprender geometría diferencial: lo que hace la superficie del globo lo puede hacer un volumen de cuatro dimensiones, sin que tenga interior o exterior como el globo. Lo siento. A veces esto se explica como chispas de chocolate incrustadas dentro de un pan que se infla cuando se cocina, pero eso tiene sus propios problemas, porque es un pan infinito de espaciotiempo.

Por eso en RG no se habla propiamente del "tamaño" del Universo en sus etapas tempranas, porque en cierto sentido el "tamaño" siempre es infinito. Más bien, hablamos de un factor de escala, que nos dice el tamaño relativo de una rebanada de universo comparada con otra rebanada anterior o posterior. La inflación cósmica propone un mecanismo mediante el cual el espacio se expandió exponencialmente en un inicio: su factor de escala crece por 1026 en trillonésimas de segundo. La inflación cósmica no es completamente aceptada por todos los cosmólogos, pero sí por una mayoría. Algunos detalles contenciosos los mencionaremos más abajo.

Lo que no hemos mencionado hasta ahora es qué significan las letras \(\Lambda\) y CDM, así que voy a pasar a eso. Lo menos difícil es CDM, que son las siglas para Cold Dark Matter, o Materia Oscura Fría. Se sabe poco de lo que es, aparte de que tiene un efecto gravitacional considerable en nuestro Universo: galaxias, cúmulos de galaxias y la estructura a gran escala del Cosmos dependen de que esté ahí. Por lo pronto, parece ser una especie de nueva partícula fundamental, no descrita por el Modelo Estándar de partículas, y tiene la propiedad curiosa de que no interactúa con el electromagnetismo: solo es detectable indirectamente por sus efectos gravitacionales. El nombre no es el más apropiado, ya que más bien es materia transparente y no oscura.


La materia oscura es indispensable para mantener unidas a las galaxias y dar forma a la estructura a gran escala del Universo, que parece una especie de telaraña hecha de galaxias. Sus efectos también se observan en la radiación cósmica de fondo.

Pasando a \(\Lambda\): en RG se usa la técnica de modelar la materia, sea una estrella o billones de galaxias, como un fluido. Desde la escala cósmica, podemos aproximar la distribución de materia en el Universo como si fuera la de partículas de un gas en una habitación. Entonces, tenemos fluidos de materia y radiación que se van moviendo dentro del Universo, arrastrados por el espaciotiempo en expansión. ¿Y cómo modelamos el espaciotiempo en expansión? ¡Pues como un fluido en expansión! También en RG, tenemos precisamente una ecuación para el modelado de fluidos: \[T_{\mu\nu} = (\rho + p) U_{\mu} U_{\nu} + p g_{\mu\nu},\] que relaciona la distribución de materia y energía \(T_{\mu\nu}\) con la densidad \(\rho\) y presión \(p\) del gas en cuestión. Si agregamos a esto la condición de que la energía de ese "gas" de espaciotiempo vacío no dependa de dónde esté ni cómo esté moviéndose, \(T_{\mu\nu} = -\rho \eta_{\mu\nu}\) (algo conocido como invarianza de Lorentz), obtenemos el curioso efecto de que el espaciotiempo vacío tiene presión de signo contrario a su densidad y, como la densidad siempre es positiva, tiene presión negativa: \( p = -\rho \) ¿Y qué significa esto? ¡Pues que el espacio vacío se expande!

Separando la presencia de materia y la de espaciotiempo en las ecuaciones de campo de Einstein, la energía del espacio vacío aparece como un término extra, que es la famosa \(\Lambda\)  correspondiente a la constante cosmológica: \[R_{\mu\nu}-\frac{1}{2}Rg_{\mu\nu} +\Lambda g_{\mu\nu} = 8\pi G T_{\mu\nu},\] una especie de "antigravedad" que en vez de juntar, separa. Así, hemos cubierto las letras del modelo \(\Lambda\)CDM.

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El escenario entonces es el siguiente: a partir del Big Bang, hace unos 14 mil millones de años, el espacio se ha estado expandiendo. Al principio, la materia y la radiación dominaron y mantuvieron la expansión relativamente lenta pero, a medida que se fueron diluyendo, la expansión del espacio vacío les empezó a ganar y el ritmo aumentó. Unos 380 mil años después del principio la materia estaba suficientemente diluida para permitir que la luz pudiera viajar, y esa luz hoy la vemos como radiación cósmica de fondo.

Durante millones de años, conocidos como la etapa oscura, hubo materia pero todavía no en forma de estrellas y galaxias. A medida que la materia se juntó por gravedad surgieron las primeras estrellas, unos 400 millones de años después del principio. Desde entonces, las estrellas han estado formando elementos pesados y reciclando material, aunque cada vez más queda atrapado, poco a poco, en agujeros negros. Contando toda la materia como su equivalente en energía, actualmente el Universo está compuesto por un 70% de energía oscura (la del espacio vacío), un 25% de materia oscura (esa que es más bien transparente) y menos del 5% de materia bariónica, es decir, la que está hecha de las partículas "normales" como átomos y sus componentes.

La cantidad total de materia en el Universo, incluyendo materia y energía oscura, será la que determine qué pasará a partir de aquí. Más específicamente, lo que importa es la densidad de materia, usualmente indicada por la letra griega \(\Omega\) (Omega). Cuando la densidad es menor que 1, nos encontramos en un Universo con curvatura negativa (o abierto); \(\Omega\) mayor que 1 indica un Universo con curvatura positiva (o cerrado); \(\Omega\) exactamente igual a 1 indica un Universo plano.

Hasta ahora, los mejores datos empíricos (midiendo triángulos cósmicos y analizando la radiación cósmica de fondo) apuntan a que la combinación de materia "común", materia oscura y energía oscura resultan en un valor de \(\Omega\) de prácticamente 1, hasta unos cuatro o cinco decimales. Parece ser que la atracción gravitacional debida a la materia es exactamente compensada por la expansión del espacio vacío. En términos prácticos, esto se traduce a un Unvierso plano que se expande para siempre.

Desde un punto de vista un tanto más filosófico, resulta interesante que nos encontremos justo en el punto en el que podemos apreciar nuestra situación. No tenemos la seguridad de que el Universo sea plano porque no había de otra, o porque justo ahorita que lo observamos es así, pero no siempre lo fue y quizá en un futuro no lo será. De cualquier modo, a medida que el Universo se expanda más y más, los objetos más lejanos dejarán de ser visibles y no quedará rastro de ellos. Esto es porque, aunque uno no puede viajar a través del espacio más rápido que la luz, el espacio sí puede expanderse suficientemente rápido para que ni siquiera la luz alcance a atravesarlo en un tiempo finito.


Sí existen algunos modelos de Universos cíclicos, en los que algún mecanismo aún desconocido pudiera hacer que la expansión disminuyera y se revirtiera, haciendo que el Universo "colapse" y luego "rebote" en un Big Bang nuevo. Entre cosmólogos profesionales no son muy populares estos modelos, pero no están del todo descartados tampoco. Otros modelos no son exactamente cíclicos, sino simétricos, en el sentido de que el Big Bang fue un evento único pero quizá con distintas direcciones:
Habíamos mencionado también al proceso de inflación cósmica. Éste también tiene sus propios problemas, como que parece un tanto ad hoc, y sus versiones más robustas que encajan bien con los datos también requieren que la inflación sea constante o, más bien, eterna. Dependiendo de cómo se interprete esto, una implicación puede ser que haya múltiples Universos, quizá con condiciones distintas, incluyendo física distinta, pero en principio imposibles de explorar. Esto ha propiciado un debate entre quienes abogan por seguir la teoría lleve hasta donde lleve, y quienes la acusan de bordar en la pseudociencia.

Por lo pronto, el escenario más probable a futuro es que nuestro Universo se expanda cada vez más, que las estrellas agoten su combustible y que más materia caiga en agujeros negros. En unos 1060 años estaremos en un mundo oscuro, donde los únicos habitantes serán agujeros negros lentamente evaporándose. Incluso esos objetos desaparecerán en unos 10100 años, dejando un vacío frío y oscuro con algunos fotones de bajísima energía, dispersos, para siempre. A este escenario se le conoce como la muerte térmica o entrópica del Universo.

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De aquí en adelante la cosmología tiene varios problemas en su agenda. Primero, establecer o descartar a la inflación cósmica como una teoría válida; después, incorporar, cuando se tenga, una teoría cuántica de la gravitación para poder tener certeza sobre los primerísimos momentos del Universo. Por el lado empírico, hay que recabar y analizar los datos que recolectarán los nuevos telescopios espaciales y terrestres para poder afinar aún más lo que sabemos y poder descartar algunos modelos. Cualquiera de estas tareas representa empleo de tiempo completo para físicos e ingenieros por varias décadas más.