2018-04-27

Reporte Androide #2

Parafraseando a Daniel Dennett, siento un gran resentimiento ante el hecho de que la política domine el discurso actual. Cada momento gastado entre chairos y derechairos, revolucionarios y reaccionarios y neoliberales, o como se llamen las distintas tribus ahora, me llena de hastío y, ante todo, aburrimiento. Cualquier opinión, bien informada o no, es inmediatamente tratada como evangelio por unos y blasfemia por otros, sin importar en lo más mínimo el mérito de los argumentos en cuestión. Las opiniones más informadas son más difíciles y tardadas de exponer, así que los demagogos llevan ventaja por default. Isaac Asimov observó este fenómeno hace décadas: demasiada gente cree que "democracia" significa que las opiniones que parten de la ignorancia y del conocimiento son igualmente valiosas.

En fin, me he propuesto leer a fondo las propuestas de los candidatos a nuestras elecciones presidenciales a manera de ejercicio intelectual y cívico. Si estoy equivocado en algo, pues quiero saberlo, para dejar de estar equivocado. Temo por el sacrificio de tiempo que esto me implique, pero si logro hacerlo de la manera más imparcial posible y además lo documento aquí, puede ser útil para otras personas. O puede ser útil para que más gente me odie, quién sabe. Afortunadamente estoy acostumbrado.

Un último punto sobre este tema. Desde hace algunos años he llegado gradualmente a un cambio sustancial en la reacción que me provocan las opiniones contrarias a la mía. Antes, cuando una persona estimada o respetada por mí decía algo que me pareciera equivocado inmediatamente pensaba menos de ella. No era algo voluntario, sino visceral. Ya valió madre, pensaba, este güey es un [insulto ideológico].

Cuando me pasó con Christopher Hitchens, de quien ya he leído prácticamente todo lo que escribió, mi admiración por el personaje no me permitió descalificarlo tan fácilmente. En literatura, política, ateísmo, historia y prácticamente cualquier cosa que se me ocurría, él parecía siempre tener algo brillante y elocuente que decir. Y luego escribió que no solamente la invasión de Irak en 2003 había sido algo bueno, sino que era de las pocas cosas nobles que EU había hecho en cuestión de política externa.

Hitchens no era nada tonto. No era posible, me dije, que tal punto de vista fuera propuesto por error. Y sin embargo me era claro que era un error. Así que hice algo inusual para mí en ese momento: me dí la oportunidad de escuchar los argumentos contrarios a mi posición, hechos en su mejor versión y por su mejor representante. ¿Y saben qué? Funciona. Funciona porque, como había observado John Stuart Mill hace siglos, quien se sabe solo su lado del argumento no sabe ni siquiera eso. Funcionó para aprender a entretener una idea sin necesariamente aceptarla y crecer. Ahora, cuando escucho puntos de vista contrarios a los míos, siento más bien curiosidad. De nuevo, no me interesa quedar bien con una u otra tribu. Me interesa tener la razón, y si tengo la oportunidad de dejar de estar equivocado o desinformado acerca de algo, procuro tomarla.

Eso sí, cuando escucho argumentos contrarios y además entiendo por qué están mal, pierdo la paciencia rápidamente. Algunas opiniones sí son idiotas, y algunas personas idiotas opinan. Pero ahí la llevo.

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Si el modelo de inflación cosmológica caótica es correcto, existe un universo paralelo en el que soy un gran pianista. En este universo, sin embargo, empecé demasiado tarde, con dedos torcidos por el basquet y justo cuando se me ocurría también estudiar un doctorado en física. Así que pago mi inoportunio en unidades de frustración y mediocridad.

Afortunadamente, en este universo sí existen grandes genios musicales que puedo escuchar e imaginar que soy yo quien toca. Por azares de las sugerencias de YouTube, hice clic en un video de una pianista clásica tocando Led Zeppelin. Dos días después, ya he hecho un rip a mp3 de unos 40 arreglos suyos, impactantemente ejecutados, y me he atrasado considerablemente en todos mis demás asuntos. Pero ha valido la pena. Si les gusta la música clásica, el rock clásico y sobre todo el metal, el canal de Viktoria Yermoleva les va a consumir unos días de su tiempo. Cuando lleguen los extraterrestres y nos pregunten por qué no deberían exterminarnos, debemos señalar a esta mujer. O quizá se la lleven y nos exterminen de todos modos. Van dos ejemplos:




Como pilón, también dejo esta joya de arreglo de Radiohead por parte de Josh Cohen, que también ya se ganó unos cuantos megabytes dedicados a él en mi Android:


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Demasiada belleza por hoy. Debo estar titulado a principios de enero de 2019 y ya puedo sentir cómo mi asesor empieza a apretar más, se acumulan las ideas raras que debo esclarecer y escribir en forma de tesis, los exámenes que debo aprobar y una estancia de investigación que requiere una Visa que no tengo aún. Además a principios de año me inscribí a un curso de Python en línea planeado para 16 semanas de duración y llevo completado un gran total de 2 horas. La fecha para terminar es el 30 de agosto.

Mi índice de neurotismo (IN) deberá ir aumentando gradualmente el resto del año. Ahora lo coloco en 7.5/10. La pregunta no es si va a llegar a 10, que es seguro, sino si la escala es logarítmica y cuántas víctimas colaterales habrá.

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